10 septembre 2013

Cosmogonía según el pueblo Navajo. Hahdénigai-hunai

El regreso de los Navajos. Charles Marion Russell
El Primer Mundo. Jah-dokónth

Seis personas vivían en Jah-dokónth, la tierra oscura del primer mundo:

Háshjéshjin (Hastsezini), hijo del fuego, creció amamantado por un cometa.
Etsáy-hasteén, el primer hombre, hijo de la noche y cuyo padre es Naho-doklízh, el azul donde se pone el sol.
Estsá-assun, la primera mujer, hija del amanecer y de Nal-'ntsói, la luz amarilla después del la puesta del sol.
Etsáy-hashkéh, el Hombre Coyote, cuya madre era Yaah-zheh-kih, la luz del amanecer.
Bégochiddy, el dios rubio de ojos azules, su madre es un rayo de sol: Shah-beklóth, y su padre Sháhn-deen, la luz del día.
Asheén-assún, mujer de sal, hija de Toh-kai-estsán, mujer de agua y Tsilth-'tsa-assún, el "Hombre Montaña", que se ve como mujer pero es hombre.

En la tierra oscura, Bégochiddy construyó cuatro montañas - blanca al este, azul al sur, amarilla al oeste y negra al norte -, también las montañas de colores que la rodeaban - llamadas Tsilth-náh-n'deeldói, que aparecen y desaparecen -, y en el centro colocó una de color rojo.

Creó las hormigas rojas - Willachée - y las negras - Willazhíni -, que se desplazan en línea por las montañas, también las Willa-klitsói (amarillas); las de madera - Willachée-tsai - que son mitad negras y mitad rojas -, las Willazhí - pequeñas y negras - y las hormigas grises (Nicky-dol-zholi). Él las bautizó y sonrió con su creación.

También formó a Nahasán b'hógahndi, que vive en el suelo, y a Neho-neh-yáhni (mosquito, "insecto negro que vuela alrededor").

En las montañas del este plantó Lukatsó (cañas de bambú), en las del sur grandes girasoles - N'd'gilly-tso -, en las del oeste Luka (cañas), y en las montañas del norte girasoles pequeños (N'd'gilly).

Luego, Bégochiddy les dio la Tsa-tlái (Primera Ley), en el Primer Mundo sólo hubo esa ley, en el Segundo dos, en el Tercero tres y cuatro en el Cuarto Mundo.

Posteriormente creó a Kay-des-tizhi (herida en el arco iris), que es hombre y mujer a la vez; para ese momento la población de hormigas se había incrementado.

Háshjéshjin preguntó a Bégochiddy porque debía haber una sola ley, siendo él capaz de hacer algunas. Bégochiddy respondió "Yo hice la ley y no habrá ninguna otra". Ante la soberbia de la respuesta, Háshjéshjin - el hijo del fuego - comenzó a incendiar el primer mundo cuatro días después.

Bégochiddy envió a Etsáy-hasteén - el primer hombre - a las montañas del este a traer tierra y algunos Lukatsó (cañas de bambú), a Estsá-assun - la primera mujer - a las del sur tambien por tierra y grandes girasoles; luego les hizo ir a las montañas del oeste y del norte respectivamente, para traer mas tierra y plantas de caña y girasoles pequeños.

En el centro de la montaña roja, plantó el gran bambú Lukatsó, colocando dentro todas las criaturas que había creado. El Bambú comenzó a crecer con todo lo que había en él, cada vez más y más, hasta que llegó al segundo mundo, el mundo azul: Naho-doklizh-dasakah. Las pequeñas hormigas negras fueron las primeras en saltar al nuevo mundo; Háshjéshjin fue el último. Cuando todos hubieron salido, Bégochiddy retiró el bambú y Háshjéshjin sopló cuatro veces cerrando el agujero, el primer mundo continua ardiendo hasta hoy...

El Segundo Mundo. Naho-doklizh-dasakah

Bégochiddy tomó la tierra traída del Primer Mundo, y creó las montañas del este, sur, oeste y norte, donde de realizó las mismas plantaciones; esta vez agregó el algodón - blanco en el este, azul en el sur, amarillo al oeste y negro en el norte -. En este mundo la tierra no era lo suficientemente rica para los cultivos. Creó la abejas y las avispas. También hizo a los hombres y mujeres, individuales y gemelos. Bégochiddy sonrió mientras realizaba sus creaciones.

A Háshjéshjin no le gustaba el nuevo mundo, ni las criaturas que allí habían; le dijo a Bégochiddy que quería matar a los gemelos de sexo masculino, y éste respondió ¿Por qué no matar a los gemelos de ambos sexo?. Háshjéshjin entonces mató a los gemelos; Bégochiddy había hecho dos leyes.

Luego de muertos los gemelos, Bégochiddy raja sus cuerpos - tanto los femeninos como los masculinos, que se llamaban Ethkáy-nah-áshi: los que van de la mano -, desde el cuello hasta las piernas, corta la carne en trozos pequeños y los extremos de los dedos, colocando todo dentro de sus cabezas. Puso bambú en los cuerpos desde la cabeza hasta las piernas. En el cuerpo de los hombres colocó un bambú pequeño a través de la boca, uno grande a través de la frente y un girasol grande en cada lado de la cara. En los cuerpos femeninos puso cañas en la barbilla y la frente, y un girasol pequeño en cada mejilla.

Bégochiddy tomo un trozo de bambú de unos 30 centímetros, y lo puso en la boca de los gemelos varones muertos, soplando desde el otro extremo, un gran sonido comenzó a surgir de ellos. Mientras el sonido se incrementaba, el algodón blanco comenzó a moverse, en el sur el algodón azul se movió, luego el amarillo del oeste y el negro del norte; enseguida todo el algodón se levantó y se transformó en nubes, cada una del color del algodón que la originó.

Al soplar en los cuerpos de las gemelas, también se produjo un gran sonido en los cuerpos, entonces bajo la nube blanca del este donde creció la Kloh-lachée - hierba roja -; bajo la nube azul del sur creció el arbusto Giss-dil-yéssi - pequeño conejo amarillo -. En el oeste, bajo la nube amarilla nació el Tsáy-zhée, una hierba aromática de uso medicinal, y bajo la nube negra del norte el Tohi-káth, una planta acuática de uso tambien medicinal. Luego la lluvia comenzó en el oeste y dio la vuelta al mundo en todas las direcciones.

Después de las lluvias, las plantas florecieron lo que hizo a todos muy felices, entonces salieron a recogerlas y olerlas, querían vivir cerca de las montañas para estar cerca de las plantas. Pero Bégochiddy y Háshjéshjin dijeron: "Pueden subir a las montañas, más no vivir allí". La gente pidió cuatro veces lo mismo pero se les negó cada vez, hasta que Háshjéshjin dijo: "Como ustedes no están dispuestos a obedecer, voy a quemar el agua".

Bégochiddy entonces creó una montaña de color rojo: Yoh-lachée, montaña del mal que hiere los cuerpos de las personas; clavó un bambú grande en su cima y envió a Etsáy-hasteén - el primer hombre -, para recoger desde los cuatro puntos cardinales todas las cosas que había creado; éste trajo la tierra, las plantas y las nubes y los puso dentro del bambú. Kay-des-tizhi - herida en el arco iris, envuelto en el arco iris -, puso bajo su túnica los Ethkáy-nah-áshi (los gemelos) y todos entraron dentro del bambú; mientras esto pasaba, Háshjéshjin comenzó a quemar el agua del Segundo Mundo.

El Tercer Mundo. Nah-klitsoi-dasahkah

Las pequeñas hormigas negras fueron las primeras en salir del bambú al tercer mundo, que es el mundo amarillo: Nah-klitsoi-dasahkah. Después que todo estuvo fuera del bambú, Bégochiddy se detuvo, Háshjéshjin sopló el agujero y lo cerraron.

Todas las plantas, las montañas y las nubes que estaban en el segundo mundo fueron reproducidas en el tercero.

Bégochiddy creó una montaña en el centro de este mundo llamándola Tsilth-tla-del-tai; otras tres fueron luego creadas: Tsilth-n’del-ta, Tsilth-tah-del-tai, Tsilth-teen-del-tai (Segunda, Tercera y Cuarta Montaña - respectivamente - del Tercer Mundo).

Luego hizo Tóhe-egléen ("Agua del encuentro") y a continuación Tohe-nostleh ("Cruce de aguas"), colocando en el medio a Tsis-táhilth-lachée o Montaña Tortuga Roja. Uno de los arroyos corría de oeste a este y el otro de norte a sur. En la parte este del "cruce de aguas" colocó a Tahilth-lachée: una tortuga grande de color rojo. Al sur colocó a Iknee-lachée, el trueno rojo, al oeste a Tabastéen-lachée, la nutria de color rojo, y al norte a Téoltsódi-lachée, monstruo rojo.

Posteriormente creó arenas movedizas (Nah-hodoh-óthle); un lugar llamado Lukatsó-sakáh: donde crecen los bambues grandes y la montaña blanca (Tsilth-lakái), sobre la cual un pájaro de trueno blanco produjo granizo en cuatro colores: negro, azul, amarillo y blanco, que guardó dentro de la montaña. Luego tomó el bambú y sopló a los gemelos (Ethkáy-nah-áshi); la vida llegó a las montañas, el agua y los animales que había creado.

Háshjéshjin creó el cuervo (Gáhgi) y la urraca (Eé-ah-eé).

Bégochiddy al colibrí (Datá-téhe) y la paloma (Hóspiddy) y a través de Ethkáy-nah-áshi - los gemelos -dio vida y voces a las aves.

Luego creó al primer hombre Etsáy-hasleén, a Atráhgeh-Hasleén ("Centro del Hombre"), a Adáhgeh-Hasleén ("Detrás del hombre") y a Hlakah-kestrah-hasléen ("Cuarto hombre"). Posteriormente hizo cuatro mujeres con el mismo nombre Kay-des-tizhi ("Heridas en el arco iris"). Se hizo cargo de todos los animales, aves y seres humanos, los cuales fueron creados de a pares.

Concibió el maíz, ahora en cuatro variedades: negro, blanco, azul y amarillo. Luego tomó el bambú y dando aliento a través de Ethkáy-nah-ásh, dio vida a todo lo que había creado, dándole un lenguaje que todos hablaban y comprendían. No había Sol o Luna en este mundo, pero las montañas estaban plenas de luz.

Se construyo una casa, la del Arco Iris, y junto a los cinco dioses del Primer Mundo vivían en las montañas del este, mientras las personas y animales vivían juntos en el centro del mundo. Los navajos estaban allí desde el principio, Bégochiddy colocaría ahora a los Hopi y los Zuni.

Hizo primero a los hombres y luego a las mujeres, para los Hopi dejó cuatro dioses, uno principal llamado Yeh-nez y otros tres llamados Yehs.

Creó a los indios Taos, dándoles un bambú macho para que los vigilara. A los Hopi un bambú hembra, el cual debían custodiar.

Los seis dioses de las montañas del este querían que los navajos y los hopis fueran amigos, por lo que dio una mujer a los Hopi - Ethkaynah-ashi - y un hombre a los Navajos. Las dos tribus vivían juntas en un gran grupo, Bégochiddy era el jefe de todos; Etsáy-hashkéh: el Hombre Coyote, los vigilaba e informaba a los dioses como desarrollaban su vida.

Los indios cultivaban cuatro tipos de maíz y Estsán-nahtáh ("Cabeza de Mujer") les enseñó como molerlo. Para ese entonces había diferentes tipos de vestidos, algunos blancos y otros con rayas de colores y calzados hechos de piel de venado. Comenzaron a cultivar tabaco, frijol, calabaza y Bézh-l'entklízi, una planta de la que obtenían unas bayas rojas utilizadas en la Ceremonia del Águila. Todos trabajaban en armonía, cazaban animales, especialmente el venado, para alimentarse de su carne.

Se produjo el primer matrimonio: Etsáy-hasleén con Eékai-etáhdeh - hija de Estsán-nahtáh ("Cabeza de Mujer") -.

A la mujer le gustaba ir al río y sentarse allí la mayor parte del día. Su marido tenía el cargo de "Jefe de la Mañana", decía a la gente cuando salir a cazar y antes de lo cual, los reunía en la "Casa del Arco Iris" donde les daba tabaco para fumar. Las puertas de esta casa estaban hechas muy finamente de cañas entrelazadas.

En una ocasión, Etsáy-hasleén partió a una expedición de cacería por cuatro días, durante la expedición la esposa pasaba el día en el río. Una noche, pasó por su casa y se encontró que ella no estaba y la cena no había sido preparada. Enojado y celoso se separó de la cacería, bajó al río y se escondió tras unos matorrales desde donde la podía observar.

Bégochiddy y Háshjéshjin, habían enviado un espíritu para que apareciera ante ella y le hiciera el amor, la muchacha no sabía nada de esto. Etsáy-hasleén pudo observar que algo flotaba hacia su esposa, parecía un gran ramo de hierbas, pero a medida que se acercaba pudo notar que era un hombre joven y guapo: Sethkính. A pesar de parecer un hombre, era en realidad el "Caballo de Agua": Káhilth-klee, que se había puesto hierbas en la cabeza para ocultarse. El joven y la muchacha conversaron un rato, lo que puso a Etsáy-hasleén muy celoso, decidiendo regresar a su casa.

Cuando Eékai-etáhdeh pensó que era hora de regresar al hogar, pues su esposo habría ya regresado de la cacería, regresó y lo encontró, le dijo: "¿Cuándo has vuelto de la caza?", y el no respondió. Repitió la pregunta cuatro veces, no obteniendo ninguna respuesta; cocinó entonces algo para la cena y lo sirvió en una cesta finamente realizada. Ella estaba enojada al no obtener respuesta y se lo dijo. El marido entonces habló: "Yo también estoy enojado por la forma en que te has comportado", y empujó la comida con el pie.

La esposa comprendió que él sabía lo que había estado haciendo, se levantó y salió a encontrarse con su madre: Estsán-nahtáh ("Cabeza de mujer").

Luego de enterarse, la madre le dijo: "Tu marido no te está apoyando adecuadamente, a pesar de que es rico, pues tiene un montón de maíz y carne". Dicho esto se dirigió a la "Casa del Arco Iris", sentándose en la puerta y regañando a Etsáy-hasleén en duros términos, luego regresó a su casa. El muchacho no le respondió, pero se levantó y fue a la casa de Kay-des-tizhi, que también era rico, poseedor de mucho alimento.

Etsáy-hasleén llamó a los otros tres jefes y les hizo un discurso, contándoles lo ocurrido con su esposa y su suegra, diciendo que pensaba que todos debían renunciar a sus cargos, ya que no podían mantener el orden; todos convinieron hacerlo.

Bégochiddy estaba enterado del problema y junto con los cinco dioses llegaron a la casa de Kay-des-tizhi y llamó a todos los jefes de las aves y los animales a un Consejo. Allí les dijo: "Voy a separar a los hombres y las mujeres, y a las aves y animales. Todos los hombres vivirán al otro lado del río, y las hembras permanecerán en este lado". Después se convino que esto era lo correcto y que debía hacerse.

Los jefes informaron a sus grupos acerca de lo que Bégochiddy había establecido. Kay-des-tizhi era el encargado de transportar a los hombres y de hacerse cargo de las piedras de maíz. Cuatro grandes embarcaciones se hicieron a partir de un árbol llamado Nash-kónh. Kay-des-tizhi tomó todos sus bienes y todos los niños, cargándolos en un barco para cruzar el río. Bégochiddy observaba esto satisfecho.

Todos los machos se fueron, excepto dos jóvenes zorros: uno azul (Máh-ih-doklízhi-sethkính) y uno amarillo (Máh-ih-klitsóji-sethkính). Ambos tenían flautas hechas de pequeños bambues y las tocaban por la noche cuando las mujeres molían maíz, ellas reían felices. Cuando Bégochiddy percibió la situación, los hizo cruzar el río para juntarse con el resto de los machos.

Los hombres estaban fuertes y bien alimentados, ya que había un montón de maíz, frijol y tabaco, he hicieron granjas, Kay-des-tizhi era quien cocinaba.

Las mujeres también plantaban frijol y maíz, pero sus cosechas eran pobres, y sus ropas estaban muy deterioradas. Estsán-nahtáh ("Cabeza de mujer"), se acercó a Bégochiddy, rogándole que las dejara ir nuevamente con los hombres, ya que eran muy pobres, tenían hambre y estaban cansadas de vivir solas. Bégochiddy dijo: "Muy bien, todo es perdonado, volved a vuestros hombres, pero dictaré para ustedes una tercera ley: El macho dictara las reglas y lo que diga debe hacerse". Todos estuvieron de acuerdo; a continuación agregó: "Si algo malo sucede nuevamente, voy ha provocar una inundación para destruirlas". Las mujeres respondieron: "Muy bien, vamos a mantener la casa limpia, cocinar los alimentos y cuidar a los niños". Nuevamente se juntaron hembras y varones, confeccionaron asi ropas de algodón y de pieles con los insumos que los hombres tenían en abundancia.

Un día Estsá-assún ("Primera mujer") y Asheén-assún ("Mujer de sal") estaban caminando cerca de un torbellino de aguas llamado Awáy-nah-ólth cuando vieron un bebé flotando en medio del remolino. Regresearon y contaron a los dioses lo observado, detallando que tenía el pelo negro y largo. Etsáy-hashkéh "el Hombre Coyote", luego de escucharlas se dijo asimismo: "Creo que voy a ir a ver a este bebé". Se dirigió al lugar primero desde el este y luego desde las otras tres direcciones: sur, oeste y norte, desde cada uno de esos puntos veía al bebé flotando. Cuando llegó desde la cuarta dirección, levantó al cuerpo del agua, lo escondió bajo su túnica blanca llamada Máh-ih-jilthli-lakái, donde lo mantuvo oculto durante cuatro días.

Fue entonces al cuarto día del suceso, cuando un gran ruido comenzó a sonar desde los cuatro puntos cardinales. Y aunque Bégochiddy sabia lo que estaba ocurriendo envió un cuervo hacia el este para que le informara que pasaba; el cuervo regresó diciendo que una gran tormenta se avecinaba. Hacia el sur envió una urraca, que vio una gran tormenta azul que venía. Hacia el oeste, envió un colibrí que vio una tormenta amarilla; al norte envió una paloma que encontró una tormenta blanca. Entonces los seis dioses reunieron desde las cuatro direcciones las plantas, los animales y todo lo que se había creado hasta ese entonces. Todo fue colocado en el Lukatsó "el gran bambú".

Estsán-nahtáh ("Cabeza de mujer"), le dijo a Etsáy-hasleén, su yerno: "Conozco muchas oraciones y canciones que pueden protegernos", y agregó: "A partir de ahora, todas las personas que han sido buenas y amables suben al Cuarto Mundo, pero la gente mala pasará al Primer Mundo".

Mientras las grandes tormentas se acercaban desde los cuatro puntos cardinales, Bégochiddy le dijo a Estsán-nahtáh que cantara sus canciones para para proteger al pueblo. Éste es el origen de las tres primeras ceremonias: una es la historia de Ethkáy-nah-áshi, otra la oración y el canto, y la última solamente una canción. Ninguna otra ceremonia se llevó a cabo en los tiempos de la creación. Los cantos y oraciones utilizados en ese momento todavía se utilizan en las ceremonias. Si la gente se comportó mal y en la ceremonia pide perdón, no es necesario ir al mundo en llamas - el primer mundo -; si un hombre mata a otro y se arrepiente, no será necesario ir al mundo inferior, el nombre de la ceremonia es Chalth-yilth-nah-gíh-eh. Puede realizarse en casos de enfermedad, cuando esta fue provocada por un delito. El espíritu de Ethkáy-nah-áshi es el espíritu de la vida y también es el espíritu del "Vagabundo en la oscuridad".

Hubo dos espíritus que no fueron hasta el cuarto mundo: un macho y una hembra, ésta era Kíth-nah-ha-klíthy, espíritu del crepúsculo y compañera del espíritu masculino de las tinieblas Kíth-nah-klizhíni. Ella vivía en la Casa de Fuego Rojo (Konth-lachée), él en la Casa de la Oscuridad (Chalth-yilth-hogáhn), con una puerta llamada Nehochée-dothinlah.

Las aguas calientes, llamadas Toh-basdezkíh y Toh-basdeznáh, acechaban al Lukatsó (el bambú grande); todas las criaturas y plantas se apresuraron a entrar en él. El gran bambú no crecía, lo trasladaron a Tóhe-egléen - donde las aguas se encuentra -, tampoco allí creció; lo movieron a las arenas movedizas (Nah-hodoh-óthle) donde sí comenzó a crecer.

El grupo de los Pavos no pudo entrar, pero este se aferró por fuera, cuando el agua se levantó las plumas de la cola formaron la espuma blanca que aún hoy se observa en las aguas.

A medida que el agua subía, el Lukatsó lo hacía, pero llego un momento en que no podía subir más y todavía no era lo suficientemente alto como para llegar al cuarto mundo; entonces se decidió hacer una nube blanca sobre el gran bambú para que la gente se subiera a ella, mientras la Mujer Araña y el Hombre Araña tejían una red alrededor para evitar que alguien cayera de la nube.

Bégochiddy vio que los jefes y la gente estaban excitados; llamó entonces a un Consejo para ver lo que podrían sugerir acerca de como alcanzar el mundo superior. El Jefe Lobo, tenía un tallo de maíz blanco en la mano y estaba vestido con las plumas blancas de la cola del águila. El Jefe León tenía un maíz amarillo en la mano y estaba vestido con las plumas amarillas de la cola del águila. Ellos sabían que alguien había hecho mal para poner en tal situación a las aguas y pidieron al pueblo que dijeran en que pecado habían incurrido, el pueblo acusó a los jefes diciendo que ellos nada malo habían hecho. Bégochiddy decidió que los jefes Lobo y León, al no ser del agrado de su gente, no podían seguir siendo jefes. Así, los pájaros burlón y zumbador, jefes estos de las aves, fueron los únicos que quedaban para gobernar; ellos trataron de averiguar quien había hecho mal, pero no pudieron lograrlo. Bégochiddy sabía del pecador y conocía el pensamiento de la gente.

Entre los participantes del Consejo estaba el Jefe de las Langostas; llevaba una flecha en la frente, esta estaba hecha de una cola de águila, y ante la reflexión de Bégochiddy: "La gente tiene miedo de las aguas y no sabe cómo entrar en el mundo de arriba", la langosta dijo: "Yo se como llegar allí, llama a la Gente Hormiga que vive en Nohochee".

Se les pidió a la Gente Hormiga cavar un agujero hacia el mundo de arriba - "el Camino Negro" -, pero no tuvieron éxito. A continuación lo intentaron las hormigas amarillas, el "Camino Amarillo", que tampoco pudo realizarse. En tanto el pueblo de los Pavos continuaba haciendo ruidos con sus colas sumergidas en el el agua. Luego fue el tiempo de las pequeñas hormigas negras, que fracasaron en el intento de cavar hacia el mundo de arriba, "Camino espumoso". Entonces Bégochiddy le dijo al Jefe de las Langostas: "Sechai (abuelo), por favor nos muestra cómo llegar al otro mundo". La Langosta puso su flecha en la frente y se disparó hacia el otro mundo. Él tenía grande poderes.

El Cuarto Mundo. Hahjeénah

La Langosta llegó atravesando la corteza, el barro y el agua. El agua cubría completamente el Cuarto Mundo y sobre ella volaba un gran pájaro blanco: Chees-téhi-lakái portando flechas, quien cuando la divisó, se abalanzó para matarla. La Langosta salpicó el agua y el pájaro al no poder encontrarla preguntó: "¿De dónde vienes y quién eres?", y para mostrarle su poder tomó una de sus flechas, se la tragó y la sacó nuevamente, diciéndole si podía hacer algo semejante; esto para demostrarle que era lo suficientemente grande y poderoso como para poder vivir en el Cuarto Mundo. La Langosta que flotaba sobre el agua, descansaba con las piernas cruzadas, le respondió: "Sí, yo puedo hacer eso, mira!", y atravesó su corazón con una flecha, y al sacarla nuevamente le dijo: "¿Puedes hacerlo?, Tengo más poder que tú". Chees-téhi-lakái asustado, salió volando hacia el este y nunca más fue visto.

Desde el sur llegó un gran pájaro azul, y para probar el poder de la Langosta, empujó dos veces una flecha en su garganta; esta le respondió atravesando con una flecha dos veces su corazón, el pájaro azul voló de regreso hacia el sur.

Luego vendrían un pájaro amarillo desde el oeste y luego uno blanco del norte, quienes se atravesaron la garganta tres y cuatro veces respectivamente; en ambos casos la Langosta los venció, atravesando su corazón la misma cantidad de veces que los pájaros desafiantes, quienes regresaron a sus lugares de origen. La Langosta ganó el concurso del poder con los grandes pájaros en este cuarto mundo.

Mientras tanto, la gente - todavía en el gran bambú - estaba muy nerviosa, se agitaban en el aire y no sabían lo que estaba sucediendo con la Langosta. Ésta regresó por el agujero al mundo inferior y comenzó a hablarles, les contó que había tenido dificultades para levantarse en el mundo superior y la prueba de fuerza que tuviera con los grandes pájaros. Llamó a la gente del Lukatsó como a sus nietos.

Bégochiddy pidió a todos los jefes y capitanes: "¿Quién subirá al Cuarto Mundo?". Nadie iría, por lo que decidió ir el mismo, surgió sobre un montón de barro en el medio del agua.

Al este vio una gran nube blanca, creó entonces un rayo de arco iris para alcanzarla. Cuando llegó encontró a Háshje-áltye: el gran dios de Yeh-bechái, quien se alegró al verlo y le dijo: "¿Como está mi nieto?. Tengo este mundo y grandes poderes. Las grandes aves trataron de reclamar este mundo, pero yo los he vencido y ahora son mis siervos". Estuvieron muy felices juntos; luego Bégochiddy regreso al montón de barro en el centro del mundo.

Hacia el sur vio una nube azul que llevaba lluvias, fue allí en el rayo de arco iris y se encontró con Begánaskiddy (Ganaskidi), portadora de las semillas quien le dio la bienvenida; estuvieron un tiempo felices juntos, luego del cual Bégochiddy regresó a su montón de barro.

Luego, utilizando el rayo de arco iris llegó a la nube amarilla del oeste; allí se encontró con Háshje-hogáhn, con quien mantuvo relaciones sexuales - también las había tenido con los dos dioses anteriores -, regresó luego al centro de la tierra corriendo sobre el agua.

Hacia el norte había una nube blanca que llevaba lluvias, Bégochiddy llegó allí en el arco iris y se encontró con otra Begánaskiddy, con ella llevó a cabo la misma rutina.

Mientras tanto en Lukatsó (el gran bambú), la gente aún se mecía muy preocupada.

Bégochiddy estaba sobre el montón de barro en el centro del mundo y vió a Háshje-áltye, las dos Begánaskiddy y a Háshje-hogáhn, de pie con el agua hasta el pecho, en el este, sur, oeste y norte del mundo. Los saludó agitando su mano a cada dios a su turno, ellos se levantaron dándole la bienvenida a la superficie del agua. Entonces Háshje-áltye tomó su bastón y empujó el agua lentamente hacia el este, Begánaskiddy la presionó hacia el sur, Háshje-hogáhn empujó con mas fuerza hacia el oeste, y hacia el norte la otra Begánaskiddy presionó duramente. La tierra se estremeció, el agua corría en todas direcciones formando ríos. No había nada sobre la superficie que había cubierto el agua, sólo maderas petrificadas y barriales, el agua ahora rodeaba la tierra formando un océano. Donde el agua había yacido había bestias que habían vivido bajo su superficie, cuando Bégochiddy sopló sobre ellos se convirtieron en roca.

Mientras soplaba el barro para formar una corteza, Bégochiddy miró hacia el este y vio a lo lejos unas figuras, se acercó y se encontró con los dioses: Yeh, con la cara azul; Háshje-baka, hombres, y Háshje-ba-áhd, mujeres; seis machos y seis hembras. En el sur, oeste y norte estaban los mismos dioses, todos eran hermosos.

Bégochiddy volvió al Lukatsó, la gente - muy excitada - se puso muy contenta, ahora le llamaban Sechai (abuelo). Les contó que había mucha gente arriba y que el mundo era bueno. Envió al Tejón para ver el mundo; cuando éste llegó al hoyo, no trató de saltar la corteza, la atravesó y esta es la razón por la que su patas son de color negro.

Bégochiddy preguntó cómo secar la tierra húmeda y le enviaron al Cuarto Mundo a Iknee-lakái (Trueno Blanco) desde la Montaña Blanca, también a Niholtso-lakái (Ciclón Blanco) y a N’dlohe-lakai (Granizo Blanco), asi como ciclones negro, azul y amarillo.

Cuando el granizo, los truenos y los ciclones golpearon la madera petrificada y las columnas que sobresalían del barro, todo se rompió en pedazos. A continuación los ciclones soplaron hasta secar el barro. También enviaron Nastol-dísse (remolinos de viento) para recortar las rocas y hacer agujeros en ellos, y cinco pequeños torbellinos para suavizar las piedras pequeñas.

Luego de las tormentas todo fue al Tercer Mundo de donde provenían, el Lukatsó retomó su crecimiento. La gente se acercó al nuevo mundo dirigidos por las hormigas, la gente de los Pavos fueron los últimos en salir.

Bégochiddy sacó el Lukatsó por la espiga en la parte superior, arrojándola por el agujero y este es el motivo por el cual el bambú ahora no tiene espiga. El cuarto mundo se llama Hahjeénah.

El agua desde el Tercer Mundo comenzó a subir por el agujero después de la gente. Bégochiddy lo vio y preguntó: "¿Cuál es la razón por la que el agua sigue subiendo?", sopló y sopló en el agujero pero no podía detenerlo temiendo así que inundara el nuevo mundo.

En el Consejo de los jefes, todos estaban preocupados y asustados, cada uno preguntaba al otro: "¿Quién ha hecho mal y ha causado todo este problema?". Bégochiddy dijo: "Si ninguno de ustedes sabe que ha hecho mal, creo que Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote), puede ser la causa de ello". Se acercó al Hombre Coyote, abrió su túnica blanca y mostró el bebé que había robado. Tenía un aspecto extraño, sus manos eran amarillas. Bégochiddy se apoderó del bebé; Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote) no quería dejarlo ir, entonces cuándo aquel lo dejara caer lo tiró para el mundo inferior diciendo: "Esto es lo que ha sido la causa del problema". El bebé cayo en la frente de un monstruo de agua que estaba en el fondo del agujero, lo tomó y se sumergió con él; el agua dejó de subir hacia el Cuarto Mundo y siempre ha mantenido este nivel.

No había fuego en este nuevo mundo, pero la gente lo necesitaba, mas no sabían como conseguirlo. La única persona que lo tenía era Háshjéshjin, pero se mantenía alejado de resto de la gente. Se vio humo en el horizonte lejano, Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote) se acercó para ver que lo producía, encontró a Háshjéshjin y a Dóntso ("Mosca Cabeza Blanca") durmiendo, alrededor de ellos en las cuatro direcciones había rocas del río ardiendo como la madera, tomó algunas y corrió al pueblo a repartirlas.

La primera muerte y los primeros movimientos de la creación

Todo estaba en su lugar, pero la Tierra, el Cielo, el Sol y a Luna no se movían. Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote) - repitiendo lo que Bégochiddy le había dicho - dijo que la razón era que una persona iba a morir. Enseguida murió una persona - Etsáy-dassalíni -, y al mismo tiempo la Tierra, el Sol y la Luna reiniciaron su movimiento. El Sol dijo: "Me alegro cuando una persona muere, ya que es lo que  me mantiene en movimiento y gozo de seguir adelante".

Bégochiddy plantó todo lo que creció e hizo todo lo que respira, llevó a Ethkáy-nah-áshi y a su indicación, todas las criaturas y plantas volvieron a la vida. Nombró las estaciones y dijo "Haremos todo los que nos dice". Toda la creación arrancó, las hormigas comenzaron a construir viviendas. La primera vez que el Sol cruzaba el cielo estaba muy cerca de la Tierra y hacía demasiado calor. La segunda vez estaba más caliente. La tercera vez era aún peor, pero a la cuarta se colocó en el lugar correcto y allí se ha mantenido desde entonces.

Etsáy-hasteén preguntó: "¿Dónde ha ido la vida del hombre que murió?", nadie lo sabía, por lo que siguió preguntando hasta que Bégochiddy le respondió: "Voy a buscarlo". Lo hizo durante mucho tiempo, recién lo encontró cuando miró hacia el Tercer Mundo, allí vio al hombre que había muerto, con el pelo cepillado y la cara teñida de rojo. Entonces dijo a la gente "He visto al hombre que murió allí abajo, en el Tercer Mundo; lo vi con la sombra de Ethkáy-nah-áshi. Deben vivir en forma sagrada, las personas que hacen el mal irán al Lugar de Fuego, donde hay un enorme monstruo que devora a la gente". La gente que va allí se llama Chíndi (demonio).

Bégochiddy dijo a su pueblo: "Voy al cielo ahora, volveré en dos días. Observen como subo". Todos miraron como fue hacia arriba a través del aire.

En ese tiempo Has-estrágeh-hasléen murió, siendo el segundo hombre en morir. Cuando Bégochiddy regresó dijo que era un lugar muy bonito allá en el cielo y que había visto a Has-estrágeh-hasléen en un lugar muy hermoso rodeado de flores y del olor que de ellas emanaba; les dijo: "Todos los que creen en mi palabra van a subir al cielo, los que hacen o piensan el mal, irán abajo donde el campo se esta quemando".

Mientras estuvo en el cielo había creado a un hombre, Bégothkái, a quien llamo su hijo y trajo a la tierra. Era un hombre de baja estatura, blanco en la tez y piel, con ojos y pelo negro.

Bégothkái habló con la gente y les dijo que se movieran a Náh-tee-tséel (al norte de Durango, Colorado), un lugar donde hay cuatro montañas alineadas, despues de hacerlo podían vivir donde quisieran. Bégochiddy volvió al cielo junto a su hijo; el día y la noche llegaron a la Tierra. Bégothkái nunca volvió a bajar.

Extracto del libro "Mitos de la creación Navajo"
Narrado por Hasteen Klah. Recopilado por Mary Wheelwright Cabot. 1942

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