12 septembre 2013

Cosmogonía según los Nórdicos


Gylfaginning. El viaje de Gylfe

2   <<...>> El rey Gylfe <<...>> comenzó su viaje a Ásgard en secreto, adoptando la apariencia de un anciano, ocultándose de este modo. Cuando llego a la ciudad vio un palacio tan alto que apenas podía ver su parte superior << ...>> El tejado estaba cubierto con escudos de oro. Así dice el poeta Thjodolf de cómo el Walhall estaba techado:

            “Los sabios (muertos a pedradas) portaban sobre sus espaldas los techos de las salas de Odín”

Entonces Gylfe vio un hombre en la puerta del palacio, este se encontraba jugando con unas hachas, tenía siete a la vez en el aire. El portero le preguntó por su nombre y Gylfe le dijo llamarse Ganglere pidiendo al mismo tiempo albergue para la noche. Le preguntó al portero de quien era dicho palacio. El portero respondió que era de su rey: “te puedo acompañar a verle; tú mismo le preguntarás por el albergue”. Luego de esto el hombre se dio la vuelta y entró en el palacio delante de él y Ganglere iba detrás, entonces se cerró las puertas tras sus talones << ...>>

Vio tres tronos separados uno del otro, en cada uno de estos había sentado un hombre. Preguntó Ganglere al portero qué nombre tenían sus jefes. Este le responde que aquel que estaba sentado en el trono más cercano se llamaba Hár, a su lado estaba Jafnhár y el más alejado era Thridi. Entonces Hár preguntó al viajero cual era el motivo de su viaje, agregando que podía comer y beber de todo en el palacio. Ganglere le respondió que primero queria saber si en dicho lugar habría alguien muy sabio. Hár le contesta que no podrá salir de allí sin haber aumentado su saber: “Quédate en pie al preguntar que sentado estará quien te responda”

3   <<... >> Ganglere comenzó entonces a hablar así: “¿Quién es el más noble o el más anciano de todos los dioses?”. A lo cual Hár dice: “Se llama Allfödr en nuestra lengua; pero en el antiguo Ásgard tenía doce nombres: Asgôrd, Allfader, Herjan, Nikar o Hnikar, Nikuz o Hnikud, Fiœlner, Oske, Ome, Biflide o Bliflinde, Svidor, Svidrer, Vidar, Jalg o Jalk”. Entonces preguntó Ganglere: “¿Donde esta Dios, qué es capaz de hacer, qué hazañas ha realizado?”. Hár respondió: “Gobierna su Imperio, vive desde el principio de los tiempos, gobierna y rige en todas las cosas: sean estas grandes o pequeñas.” Entonces habló Jafnhar y dijo: “Él forjó el cielo, la tierra y el aire, y todas las cosas en ellos contenidas.” Y siguió Thridi quien dijo: “Lo más grande es que hizo al hombre y le dio alma para que viva y no muera nunca, aunque se pudra su cuerpo y llegue hasta convertirse en polvo o se queme hasta convertirse en cenizas. Todos los hombres vivirán si tiene buenas costumbres, y vivirán con él en un lugar llamado Gimle o Víngolf. Y los hombres malos irán a Hel y desde allí al Niflhem que está debajo, en el noveno mundo.” Entonces preguntó Ganglere: “¿Qué hacía Dios antes de que se crearan el cielo y la tierra?” A lo cual respondió Hár: “Estaba con los gigantes del hielo, los Hrimthursars.”

4   Ganglere continuó: “¿Cuál es el origen del universo, qué había antes de su creación?” Hár responde, así dice Wola la erudita:

            “Fue al principio cuando nada había, no había arena, ni mar, ni las frías olas; no había tierra,
             ni el alto cielo, sólo el vacío abismo de Ginnung, ni hierba alguna”.

Continuando Jafnhár apuntó: “Muchos evos antes que se creara la tierra se hizo Niflhem, en cuyo centro está la fuente que se llama Hvergelmer y de ella nacen los ríos llamados así: Svoel, Gunndra, Fiœrm, Fimbul, Thul, Sied y Hred, Sylg e Ylg, Vig, Leipter y Gœll que está al lado de Hel”. Continuando entonces Thridi fue quien dijo: “Pero antes de Niflhem existió el mundo medio, llamado Muspelhem: luminoso y caliente, una región llameante y ardiente, intransitable e imposible de habitar para los extranjeros y los que no proceden de allí. El llamado Surtur vive allí en los limites de esa tierra para defenderla: tiene una espada llameante y cuando se termine el mundo, irá a luchar y vencer a todos los dioses y a quemar todos los mundos con fuego”.

5   Gangler preguntó: “¿Cómo era todo, antes de que apareciera el hombre?” Entonces respondió Hár: “El río llamado Elivôgor, cuando este se hubo alejado tanto de la fuente originaria, la espuma venenosa que tenía se endureció como la escoria al salir del fuego, y esta se convirtió en hielo, y cuando el hielo se estancó y dejo de fluir, salió de él el veneno como escarcha, se heló y creció esta escarcha amontonándose en el abismo de Ginnung”. Continuo Jafnhár agregando: “Ciertamente, en el norte del abismo de Ginnung, este se hundió por el peso del hielo y la escarcha; la tempestad y el huracán allí reinaban. Pero del lado sur quedó libre, gracias a las chispas que saltaban y escapaban del Muspelhem”. Thridi dijo: “Si el aire helado exhalado por Niflhem aterrorizaba, por el contrario en las proximidades del Muspelhem hacía calor y todo estaba iluminado. Pero el abismo de Ginnung se calentó, tanto que el aire era puro y ligero, allí se juntaron las escarchas, el hielo se fundió y fluyó, y de las gotas del liquido nació uno que tenía el poder recibido del calor, parecido a el hombre, y se llamo Ymer, pero todos los gigantes del hielo, los Hrimthursars, lo llaman Œrgelmerle, y de él procede la estirpe de los Hrimthursars como esta dicho por Wola la profetisa”.

            “Todas las adivinas provienen de Vidolf, todos los adivinos de Vilmeid, los magos de
             Swarthœfde y los gigantes de Ymer”

Y en la estrofa siguiente de lo dicho por la profetisa, el gigante Vafthrudner dice:

            “Como Œrgelmur hizo el primero de los hijos de Jœtnar, cuando las gotas de veneno venidas
             de Elivôgor que se crearon al acumularse a Jœte. Nuestra raza desciende de el y es por ello
             que nosotros somos así de rudos”

Entonces preguntó Ganglere: “¿Es que todas las estirpes de los hombres descienden de Œrgelmer, el resto de los hombres fueron por el creados, es de ese dios de quien hablaste?” “No - respondió Hár -, de ningún modo. El era malo, como todos sus descendientes; los llamados gigantes del hielo. Se dice que mientras dormía sudó: del sudor le crecieron bajo su brazo izquierdo un hombre y una mujer; de sus dos pies engendro un hijo. De allí vinieron las estirpes de los gigantes del hielo, los Hrimthursars. Al más anciano le llamamos Ymer, el primero de ellos”.

6   Preguntó Ganglere: “¿Dónde vivió y de que vivía Ymer?” Hár respondió: “Cuando la escarcha se fundió y cayo el agua, una vaca llamada Odhumla se aproximo, y cuatro ríos de leche surgieron de sus ubres, alimentando así a Ymer”. Entonces preguntó Ganglere: “¿Con qué se alimentaba dicha vaca?” A lo que Hár le respondió: “Chupaba las piedras saladas cubiertas de escarchas. El primer día que lamió las piedras, salió de ellas cabellos, la cabeza apareció al segundo día y al tercero era ya un hombre completo. Se llamó Bure, era de hermoso aspecto, grande y poderoso. Tuvo un hijo que se llamó Bœrr, quien se casó con una mujer llamada Bestla, hija del gigante Bœelthorn, tuvieron tres hijo: Odín, Vili y Vé. Nosotros creemos en Odín y en sus hermanos quienes gobiernan el cielo y la tierra. Le hemos dado el nombre de Odín al maestro del universo, así se llama el más grande y noble de los hombres, y todos los hombres deben llamarlo así”.

7   Ganglere preguntó: “¿Como lograron estos hermanos llegar ha algún acuerdo, quien era el mas poderoso?” Entonces respondió Hár: “Los hijos de Bœrr habiendo matado a Ymer, brotó tanta sangre de sus heridas, que con ella ahogaron todo el linaje de los Hrimthursars, excepto uno que escapó con su familia, el gigante llamado Bergelmer. Subió este a un bote con su esposa y de ellos continuó el linaje de los gigantes del hielo. Tal como puede verse en el siguiente pasaje de Wola, la erudita:”

            “Bergelmer nació miles de años antes de la creación de la Tierra, el mas antiguo recuerdo que
             poseo es la huida en bote de este gigante”

8   Ganglere preguntó: “¿Según ustedes, los hijos de Bœrr son dioses, dime entonces que hicieron?” Hár respondió: “Eso es largo de contar. Tomaron el cuerpo de Ymer llevando este al abismo del Ginnung y de él hicieron la Tierra; de su sangre surgió el mar y los lagos; la tierra se hizo de su carne, las montañas de los huesos; las piedras y las rocas las hicieron de los dientes, las muelas y de los huesos que habían sido rotos”. Jafnhar agregó: “de la sangre que manaba de sus heridas hicieron los mares, la mayor parte de los hombres piensan que por ello no se puede pasar ese limite establecido”. Entonces dijo Thridi: “Habiendo tomado su cráneo, de él hicieron el cielo, colocado este sobre cuatro ángulos por encima de la tierra y un enano soportando cada ángulo. Ellos se llaman así: Œstre, Vestre, Nordre et Scedre – Oriente, Occidente, Norte y Sur -. Entonces tomaron las chispas que salían volando del Muspelhem y las colocaron en el cielo de arriba a abajo para iluminar el cielo y la tierra; unas quedaron fijas, las demás permanecen móviles sobre la bóveda celeste. Los hijos de Bœrr trazaron la ruta que los astros debían tener. Según los antiguos poetas escáldicos, estos sirven para contar los días y los años. Uno encuentra en los escritos de Wola la erudita lo siguiente:"

            “El sol no sabia donde colocarse, la luna no sabia de que poderes estaba dotada y las estrellas
             no sabían cuales eran las posiciones que debían ocupar”

Ganglere respondió: “esto que me habéis dicho es una obra notable, bien acabada y admirablemente ejecutada. ¿Cómo se dispuso la tierra?” Entonces respondió Hár: “ella es redonda y el Océano profundo es su medio ambiente. Los hijos de Bœrr permitieron a los gigantes habitar sus costas y en esta dieron tierra a las estirpes de gigantes para que allí vivieran. Luego crearon una muralla alrededor para defender el resto de la tierra de dichos gigantes y para ello emplearon las cejas de Ymer. Esta muralla es la que hoy conocemos como Midgôrd. Tomaron también su cerebro y lo lanzaron al aire, así fueron creadas la nubes”. Esta dicho que:

            “ La tierra fue creada con la carne de Ymer, con su sangre se hizo el mar, con sus huesos las
             montañas, con sus cabellos los arboles y el cielo con su cráneo. Los propios dioses
             construyeron Midgôrd con sus cejas para proteger a los hijos de los hombres. Las pesadas
             nubes  fueron creadas con su cerebro”

9   Ganglere dijo entonces: los hijos de Bœrr hicieron grandes cosas al crear el cielo y la tierra, y asignando su lugar a los cuerpos celestes. Pero, ¿de donde vienen los hombres que habitan la tierra? A lo que Hár respondió: los hijos de Bœrr fueron a las costas del mar y allí encontraron dos arboles; los tomaron y con ellos hicieron dos seres humanos. Odín les brindó el alma, Vile la razón y Vé el rostro, el habla, la vista y la audición. Ellos les dieron nombres y los vistieron; el hombre se llamo Ask y la mujer Embla. De ellos dos descienden los hijos del hombre. Y les fue permitido habitar Midgôrd. Los hijos de Odín construyeron una ciudad en el centro de la tierra y la llamaron Troie; nosotros la llamamos Asgôrd; es allí donde habitan los dioses. Muchos eventos y cosas pasaron en la tierra y el cielo. Hay en Asgôrd un lugar llamado Hlidskjálf; luego que Odín se asentó allí, su mirada cubre el universo, ve todas las acciones de los hombres y el comprende todo lo que ve. Su esposa se llama Frigg, hija de Fjœrgvin. Los Ases o Aesir son sus hijos; ellos poblaron la antigua Asgôrd y los países que de ellos dependen. Esta raza es de dioses; es por ello que se da a Odín el nombre de Allfader, el padre de todo. El es en efecto el padre de los dioses, de los hombre y de todos los objetos creados por su poder. La tierra es su hija y su mujer; el tuvo de ella su primer hijo: Asa-Thor, quien esta dotado de un vigor y de una fuerza invencible.

10   Nœrve o Narfve, tal es el nombre de un gigante que habitaba Jœtenhem. Tenia una hija llamada Nott; quien conforme a su origen era negra y oscura. Primero la caso con un hombre llamado Naglfare, con quien tuvo un hijo llamado Œd; luego se caso con Anar, de quien tuvo una hija llamada Jord. Finalmente estuvo casada con Delling, de la raza de los Ases; su hijo fue Dag; luminoso y bello como su padre. Odín tomo a Nott y a Dag y les regalo a cada uno un caballo y un carro, luego fueron colocados en el cielo para que dieran la vuelta a la tierra en veinticuatro horas. Nott avanzo primera con Hrimfaxe, su caballo quien da el rocío de la espuma de su boca todas la mañanas y humedece la tierra. El caballo de Dag se llama Skenfaxe; el aire y la tierra se iluminan con sus crines.

            NTDag es el dia; Nott la noche y Jord la tierra

11   Ganglere preguntó: ¿Como dirige Odín el curso del sol? A lo que Hár respondió: un hombre llamado Mundelfœre tenia dos hijos muy bellos, llamó a su hijo Luna y a su hija Sol; caso a su hija con un hombre llamado Glen. Los dioses, irritados por tanto orgullo que él tenia, robaron a sus hijos, los llevaron al cielo y encargaron a la joven el conducir los caballos de la carroza del sol; esta ultima esta hecha con las chispas que se elevaban de Muspelhem; esto debía iluminar el cielo. He aquí los nombre de los caballos del sol: Arvaker et Alsvider. Los dioses pusieron sobre sus lomos dos fuelles para refrescarlos; algunos poetas llaman a estos fuelles Isarnkol. Luna fue encargado de conducir el astro de quien habia tomado nombre y que gobierna el creciente y el menguante. Tomó de la tierra dos niños llamados Bil et Hjuke al momento que estos se alejaban de la fuente de Byrger. Ellos llevan sobre sus hombros un cubo de nombre Sæg y una pértiga llamada Simul. Vidfinn es el padre de ellos. Estos niños siguen siempre a la Luna, como puede verse desde la tierra”.

12   Ganglere dijo entonces: El sol se desplaza velozmente como si tuviera miedo y como si no podría acelerar más, como si temiera a la muerte. Hár respondió: dicha celeridad no debe sorprender a nadie, ya que el enemigo del sol no esta tan lejos; el solo medio de escapar es huir prontamente. Ganglere preguntó: ¿cuales son la causas de su inquietud? Hár respondió: dos lobos, Skœll es uno de ellos, este sigue al sol y pretende atraparlo; el otro lobo que lo precede se llama Hate, hijo de Hrodvitur y su deseo es atrapar a la luna, esto continuará hasta el final en que lo logren. Ganglere preguntó: ¿cual es el origen de estos lobos? Hár respondió: un gigante habita el oriente de Midgôrd, en el bosque de Jernvid; los gigantes que han fijado su residencia en ese bosque son llamados Jernvidjor. La vieja gigante da vida a muchos gigantes con apariencia de lobos. De esa raza descienden estos de quienes te he hablado; el mas poderoso de ellos, así decimos, es Mônegarm; se alimenta de la vida de los moribundos; el se tragará la luna y rociara al mismo tiempo el cielo y el sol de sangre; el sol perderá su brillo y los vientos mugirán de todos lados. He aquí lo que se encuentra en la predicción de la sabia Wola:

            “La vieja vive al oriente, en la selva de hierro, ella da vida a infantes que son lobos. Uno de
            ellos devorará la luna imitando una forma mágica. El se alimenta de la vida de los moribundos
            y riega la tierra con roja sangre. El resplandor del sol se obscurecerá y al año siguiente los
            vientos gemirán”

13   Ganglere preguntó: ¿que camino debe tomarse para ir de la tierra al cielo? Hár respondió sonriendo: esta vez no haces una pregunta poco razonable. ¿No has oído decir que los dioses han hecho un puente para unir la tierra con el cielo? Este puente es llamado Bæfrœst; tu lo has visto, pero tu lo llamas arcoíris. El tiene tres colores; fue construido con astucia, arte, fortaleza y resistencia pero esto no le impedirá colapsar cuando los hijos de Muspelhem pasen por él a caballo. Ellos se verán obligados a atravesar los grandes ríos a nado junto con sus caballos; esta es la suerte que les espera. Ganglere dijo entonces: me parece que los dioses no han construido el puente honradamente pues este puede romperse; ellos tenían el poder de hacerlo según su voluntad. Hár respondió: los dioses no merecen culpa en cuanto a esto pues nadie podrá sobrevivir cuando los hijos de Muspelhem se armen para la guerra <<...>>

18   Ganglere preguntó : ¿de donde viene el viento? Pues su fuerza es tal que eleva el océano y alimenta el incendio mientras que nadie lo ve; ¿es entonces una extraña creación? Hár respondió: en el extremo septentrional del cielo esta sentado un gigante llamado Hræsvelg, el devorador de cadáveres; quien tiene la forma de águila. Cuando vuela, los vientos salen de sus alas, como esta dicho en la siguiente estrofa:

            “Hræsvelg es el nombre de un gigante que se sienta en el extremo del cielo bajo la forma de
             águila. El batir de sus alas produce según dicen el viento que sopla sobre los hombres”

19   Ganglere preguntó: ¿porque el verano es caliente y el invierno frío? Hár respondió: un hombre instruido no debería hacer tal pregunta, la cual cada quien puede responder. Mas como eres tan ignorante como para hacerla, te enseñare eso que todo el mundo debe saber. Svasad es el padre del verano; aquel que es del invierno se llama Vindlone ou Vindsval, el es hijo de Vasad; sus descendientes fueron crueles y fríos de corazón, el invierno es su carácter.


Edda

Snorri Sturluson
Traducción del Islandés: Mlle Rosalie du Puget. 1838
Traducción libre del Frances: V. Nesterovsky

10 septembre 2013

Cosmogonía según el pueblo Navajo. Hahdénigai-hunai

El regreso de los Navajos. Charles Marion Russell
El Primer Mundo. Jah-dokónth

Seis personas vivían en Jah-dokónth, la tierra oscura del primer mundo:

Háshjéshjin (Hastsezini), hijo del fuego, creció amamantado por un cometa.
Etsáy-hasteén, el primer hombre, hijo de la noche y cuyo padre es Naho-doklízh, el azul donde se pone el sol.
Estsá-assun, la primera mujer, hija del amanecer y de Nal-'ntsói, la luz amarilla después del la puesta del sol.
Etsáy-hashkéh, el Hombre Coyote, cuya madre era Yaah-zheh-kih, la luz del amanecer.
Bégochiddy, el dios rubio de ojos azules, su madre es un rayo de sol: Shah-beklóth, y su padre Sháhn-deen, la luz del día.
Asheén-assún, mujer de sal, hija de Toh-kai-estsán, mujer de agua y Tsilth-'tsa-assún, el "Hombre Montaña", que se ve como mujer pero es hombre.

En la tierra oscura, Bégochiddy construyó cuatro montañas - blanca al este, azul al sur, amarilla al oeste y negra al norte -, también las montañas de colores que la rodeaban - llamadas Tsilth-náh-n'deeldói, que aparecen y desaparecen -, y en el centro colocó una de color rojo.

Creó las hormigas rojas - Willachée - y las negras - Willazhíni -, que se desplazan en línea por las montañas, también las Willa-klitsói (amarillas); las de madera - Willachée-tsai - que son mitad negras y mitad rojas -, las Willazhí - pequeñas y negras - y las hormigas grises (Nicky-dol-zholi). Él las bautizó y sonrió con su creación.

También formó a Nahasán b'hógahndi, que vive en el suelo, y a Neho-neh-yáhni (mosquito, "insecto negro que vuela alrededor").

En las montañas del este plantó Lukatsó (cañas de bambú), en las del sur grandes girasoles - N'd'gilly-tso -, en las del oeste Luka (cañas), y en las montañas del norte girasoles pequeños (N'd'gilly).

Luego, Bégochiddy les dio la Tsa-tlái (Primera Ley), en el Primer Mundo sólo hubo esa ley, en el Segundo dos, en el Tercero tres y cuatro en el Cuarto Mundo.

Posteriormente creó a Kay-des-tizhi (herida en el arco iris), que es hombre y mujer a la vez; para ese momento la población de hormigas se había incrementado.

Háshjéshjin preguntó a Bégochiddy porque debía haber una sola ley, siendo él capaz de hacer algunas. Bégochiddy respondió "Yo hice la ley y no habrá ninguna otra". Ante la soberbia de la respuesta, Háshjéshjin - el hijo del fuego - comenzó a incendiar el primer mundo cuatro días después.

Bégochiddy envió a Etsáy-hasteén - el primer hombre - a las montañas del este a traer tierra y algunos Lukatsó (cañas de bambú), a Estsá-assun - la primera mujer - a las del sur tambien por tierra y grandes girasoles; luego les hizo ir a las montañas del oeste y del norte respectivamente, para traer mas tierra y plantas de caña y girasoles pequeños.

En el centro de la montaña roja, plantó el gran bambú Lukatsó, colocando dentro todas las criaturas que había creado. El Bambú comenzó a crecer con todo lo que había en él, cada vez más y más, hasta que llegó al segundo mundo, el mundo azul: Naho-doklizh-dasakah. Las pequeñas hormigas negras fueron las primeras en saltar al nuevo mundo; Háshjéshjin fue el último. Cuando todos hubieron salido, Bégochiddy retiró el bambú y Háshjéshjin sopló cuatro veces cerrando el agujero, el primer mundo continua ardiendo hasta hoy...

El Segundo Mundo. Naho-doklizh-dasakah

Bégochiddy tomó la tierra traída del Primer Mundo, y creó las montañas del este, sur, oeste y norte, donde de realizó las mismas plantaciones; esta vez agregó el algodón - blanco en el este, azul en el sur, amarillo al oeste y negro en el norte -. En este mundo la tierra no era lo suficientemente rica para los cultivos. Creó la abejas y las avispas. También hizo a los hombres y mujeres, individuales y gemelos. Bégochiddy sonrió mientras realizaba sus creaciones.

A Háshjéshjin no le gustaba el nuevo mundo, ni las criaturas que allí habían; le dijo a Bégochiddy que quería matar a los gemelos de sexo masculino, y éste respondió ¿Por qué no matar a los gemelos de ambos sexo?. Háshjéshjin entonces mató a los gemelos; Bégochiddy había hecho dos leyes.

Luego de muertos los gemelos, Bégochiddy raja sus cuerpos - tanto los femeninos como los masculinos, que se llamaban Ethkáy-nah-áshi: los que van de la mano -, desde el cuello hasta las piernas, corta la carne en trozos pequeños y los extremos de los dedos, colocando todo dentro de sus cabezas. Puso bambú en los cuerpos desde la cabeza hasta las piernas. En el cuerpo de los hombres colocó un bambú pequeño a través de la boca, uno grande a través de la frente y un girasol grande en cada lado de la cara. En los cuerpos femeninos puso cañas en la barbilla y la frente, y un girasol pequeño en cada mejilla.

Bégochiddy tomo un trozo de bambú de unos 30 centímetros, y lo puso en la boca de los gemelos varones muertos, soplando desde el otro extremo, un gran sonido comenzó a surgir de ellos. Mientras el sonido se incrementaba, el algodón blanco comenzó a moverse, en el sur el algodón azul se movió, luego el amarillo del oeste y el negro del norte; enseguida todo el algodón se levantó y se transformó en nubes, cada una del color del algodón que la originó.

Al soplar en los cuerpos de las gemelas, también se produjo un gran sonido en los cuerpos, entonces bajo la nube blanca del este donde creció la Kloh-lachée - hierba roja -; bajo la nube azul del sur creció el arbusto Giss-dil-yéssi - pequeño conejo amarillo -. En el oeste, bajo la nube amarilla nació el Tsáy-zhée, una hierba aromática de uso medicinal, y bajo la nube negra del norte el Tohi-káth, una planta acuática de uso tambien medicinal. Luego la lluvia comenzó en el oeste y dio la vuelta al mundo en todas las direcciones.

Después de las lluvias, las plantas florecieron lo que hizo a todos muy felices, entonces salieron a recogerlas y olerlas, querían vivir cerca de las montañas para estar cerca de las plantas. Pero Bégochiddy y Háshjéshjin dijeron: "Pueden subir a las montañas, más no vivir allí". La gente pidió cuatro veces lo mismo pero se les negó cada vez, hasta que Háshjéshjin dijo: "Como ustedes no están dispuestos a obedecer, voy a quemar el agua".

Bégochiddy entonces creó una montaña de color rojo: Yoh-lachée, montaña del mal que hiere los cuerpos de las personas; clavó un bambú grande en su cima y envió a Etsáy-hasteén - el primer hombre -, para recoger desde los cuatro puntos cardinales todas las cosas que había creado; éste trajo la tierra, las plantas y las nubes y los puso dentro del bambú. Kay-des-tizhi - herida en el arco iris, envuelto en el arco iris -, puso bajo su túnica los Ethkáy-nah-áshi (los gemelos) y todos entraron dentro del bambú; mientras esto pasaba, Háshjéshjin comenzó a quemar el agua del Segundo Mundo.

El Tercer Mundo. Nah-klitsoi-dasahkah

Las pequeñas hormigas negras fueron las primeras en salir del bambú al tercer mundo, que es el mundo amarillo: Nah-klitsoi-dasahkah. Después que todo estuvo fuera del bambú, Bégochiddy se detuvo, Háshjéshjin sopló el agujero y lo cerraron.

Todas las plantas, las montañas y las nubes que estaban en el segundo mundo fueron reproducidas en el tercero.

Bégochiddy creó una montaña en el centro de este mundo llamándola Tsilth-tla-del-tai; otras tres fueron luego creadas: Tsilth-n’del-ta, Tsilth-tah-del-tai, Tsilth-teen-del-tai (Segunda, Tercera y Cuarta Montaña - respectivamente - del Tercer Mundo).

Luego hizo Tóhe-egléen ("Agua del encuentro") y a continuación Tohe-nostleh ("Cruce de aguas"), colocando en el medio a Tsis-táhilth-lachée o Montaña Tortuga Roja. Uno de los arroyos corría de oeste a este y el otro de norte a sur. En la parte este del "cruce de aguas" colocó a Tahilth-lachée: una tortuga grande de color rojo. Al sur colocó a Iknee-lachée, el trueno rojo, al oeste a Tabastéen-lachée, la nutria de color rojo, y al norte a Téoltsódi-lachée, monstruo rojo.

Posteriormente creó arenas movedizas (Nah-hodoh-óthle); un lugar llamado Lukatsó-sakáh: donde crecen los bambues grandes y la montaña blanca (Tsilth-lakái), sobre la cual un pájaro de trueno blanco produjo granizo en cuatro colores: negro, azul, amarillo y blanco, que guardó dentro de la montaña. Luego tomó el bambú y sopló a los gemelos (Ethkáy-nah-áshi); la vida llegó a las montañas, el agua y los animales que había creado.

Háshjéshjin creó el cuervo (Gáhgi) y la urraca (Eé-ah-eé).

Bégochiddy al colibrí (Datá-téhe) y la paloma (Hóspiddy) y a través de Ethkáy-nah-áshi - los gemelos -dio vida y voces a las aves.

Luego creó al primer hombre Etsáy-hasleén, a Atráhgeh-Hasleén ("Centro del Hombre"), a Adáhgeh-Hasleén ("Detrás del hombre") y a Hlakah-kestrah-hasléen ("Cuarto hombre"). Posteriormente hizo cuatro mujeres con el mismo nombre Kay-des-tizhi ("Heridas en el arco iris"). Se hizo cargo de todos los animales, aves y seres humanos, los cuales fueron creados de a pares.

Concibió el maíz, ahora en cuatro variedades: negro, blanco, azul y amarillo. Luego tomó el bambú y dando aliento a través de Ethkáy-nah-ásh, dio vida a todo lo que había creado, dándole un lenguaje que todos hablaban y comprendían. No había Sol o Luna en este mundo, pero las montañas estaban plenas de luz.

Se construyo una casa, la del Arco Iris, y junto a los cinco dioses del Primer Mundo vivían en las montañas del este, mientras las personas y animales vivían juntos en el centro del mundo. Los navajos estaban allí desde el principio, Bégochiddy colocaría ahora a los Hopi y los Zuni.

Hizo primero a los hombres y luego a las mujeres, para los Hopi dejó cuatro dioses, uno principal llamado Yeh-nez y otros tres llamados Yehs.

Creó a los indios Taos, dándoles un bambú macho para que los vigilara. A los Hopi un bambú hembra, el cual debían custodiar.

Los seis dioses de las montañas del este querían que los navajos y los hopis fueran amigos, por lo que dio una mujer a los Hopi - Ethkaynah-ashi - y un hombre a los Navajos. Las dos tribus vivían juntas en un gran grupo, Bégochiddy era el jefe de todos; Etsáy-hashkéh: el Hombre Coyote, los vigilaba e informaba a los dioses como desarrollaban su vida.

Los indios cultivaban cuatro tipos de maíz y Estsán-nahtáh ("Cabeza de Mujer") les enseñó como molerlo. Para ese entonces había diferentes tipos de vestidos, algunos blancos y otros con rayas de colores y calzados hechos de piel de venado. Comenzaron a cultivar tabaco, frijol, calabaza y Bézh-l'entklízi, una planta de la que obtenían unas bayas rojas utilizadas en la Ceremonia del Águila. Todos trabajaban en armonía, cazaban animales, especialmente el venado, para alimentarse de su carne.

Se produjo el primer matrimonio: Etsáy-hasleén con Eékai-etáhdeh - hija de Estsán-nahtáh ("Cabeza de Mujer") -.

A la mujer le gustaba ir al río y sentarse allí la mayor parte del día. Su marido tenía el cargo de "Jefe de la Mañana", decía a la gente cuando salir a cazar y antes de lo cual, los reunía en la "Casa del Arco Iris" donde les daba tabaco para fumar. Las puertas de esta casa estaban hechas muy finamente de cañas entrelazadas.

En una ocasión, Etsáy-hasleén partió a una expedición de cacería por cuatro días, durante la expedición la esposa pasaba el día en el río. Una noche, pasó por su casa y se encontró que ella no estaba y la cena no había sido preparada. Enojado y celoso se separó de la cacería, bajó al río y se escondió tras unos matorrales desde donde la podía observar.

Bégochiddy y Háshjéshjin, habían enviado un espíritu para que apareciera ante ella y le hiciera el amor, la muchacha no sabía nada de esto. Etsáy-hasleén pudo observar que algo flotaba hacia su esposa, parecía un gran ramo de hierbas, pero a medida que se acercaba pudo notar que era un hombre joven y guapo: Sethkính. A pesar de parecer un hombre, era en realidad el "Caballo de Agua": Káhilth-klee, que se había puesto hierbas en la cabeza para ocultarse. El joven y la muchacha conversaron un rato, lo que puso a Etsáy-hasleén muy celoso, decidiendo regresar a su casa.

Cuando Eékai-etáhdeh pensó que era hora de regresar al hogar, pues su esposo habría ya regresado de la cacería, regresó y lo encontró, le dijo: "¿Cuándo has vuelto de la caza?", y el no respondió. Repitió la pregunta cuatro veces, no obteniendo ninguna respuesta; cocinó entonces algo para la cena y lo sirvió en una cesta finamente realizada. Ella estaba enojada al no obtener respuesta y se lo dijo. El marido entonces habló: "Yo también estoy enojado por la forma en que te has comportado", y empujó la comida con el pie.

La esposa comprendió que él sabía lo que había estado haciendo, se levantó y salió a encontrarse con su madre: Estsán-nahtáh ("Cabeza de mujer").

Luego de enterarse, la madre le dijo: "Tu marido no te está apoyando adecuadamente, a pesar de que es rico, pues tiene un montón de maíz y carne". Dicho esto se dirigió a la "Casa del Arco Iris", sentándose en la puerta y regañando a Etsáy-hasleén en duros términos, luego regresó a su casa. El muchacho no le respondió, pero se levantó y fue a la casa de Kay-des-tizhi, que también era rico, poseedor de mucho alimento.

Etsáy-hasleén llamó a los otros tres jefes y les hizo un discurso, contándoles lo ocurrido con su esposa y su suegra, diciendo que pensaba que todos debían renunciar a sus cargos, ya que no podían mantener el orden; todos convinieron hacerlo.

Bégochiddy estaba enterado del problema y junto con los cinco dioses llegaron a la casa de Kay-des-tizhi y llamó a todos los jefes de las aves y los animales a un Consejo. Allí les dijo: "Voy a separar a los hombres y las mujeres, y a las aves y animales. Todos los hombres vivirán al otro lado del río, y las hembras permanecerán en este lado". Después se convino que esto era lo correcto y que debía hacerse.

Los jefes informaron a sus grupos acerca de lo que Bégochiddy había establecido. Kay-des-tizhi era el encargado de transportar a los hombres y de hacerse cargo de las piedras de maíz. Cuatro grandes embarcaciones se hicieron a partir de un árbol llamado Nash-kónh. Kay-des-tizhi tomó todos sus bienes y todos los niños, cargándolos en un barco para cruzar el río. Bégochiddy observaba esto satisfecho.

Todos los machos se fueron, excepto dos jóvenes zorros: uno azul (Máh-ih-doklízhi-sethkính) y uno amarillo (Máh-ih-klitsóji-sethkính). Ambos tenían flautas hechas de pequeños bambues y las tocaban por la noche cuando las mujeres molían maíz, ellas reían felices. Cuando Bégochiddy percibió la situación, los hizo cruzar el río para juntarse con el resto de los machos.

Los hombres estaban fuertes y bien alimentados, ya que había un montón de maíz, frijol y tabaco, he hicieron granjas, Kay-des-tizhi era quien cocinaba.

Las mujeres también plantaban frijol y maíz, pero sus cosechas eran pobres, y sus ropas estaban muy deterioradas. Estsán-nahtáh ("Cabeza de mujer"), se acercó a Bégochiddy, rogándole que las dejara ir nuevamente con los hombres, ya que eran muy pobres, tenían hambre y estaban cansadas de vivir solas. Bégochiddy dijo: "Muy bien, todo es perdonado, volved a vuestros hombres, pero dictaré para ustedes una tercera ley: El macho dictara las reglas y lo que diga debe hacerse". Todos estuvieron de acuerdo; a continuación agregó: "Si algo malo sucede nuevamente, voy ha provocar una inundación para destruirlas". Las mujeres respondieron: "Muy bien, vamos a mantener la casa limpia, cocinar los alimentos y cuidar a los niños". Nuevamente se juntaron hembras y varones, confeccionaron asi ropas de algodón y de pieles con los insumos que los hombres tenían en abundancia.

Un día Estsá-assún ("Primera mujer") y Asheén-assún ("Mujer de sal") estaban caminando cerca de un torbellino de aguas llamado Awáy-nah-ólth cuando vieron un bebé flotando en medio del remolino. Regresearon y contaron a los dioses lo observado, detallando que tenía el pelo negro y largo. Etsáy-hashkéh "el Hombre Coyote", luego de escucharlas se dijo asimismo: "Creo que voy a ir a ver a este bebé". Se dirigió al lugar primero desde el este y luego desde las otras tres direcciones: sur, oeste y norte, desde cada uno de esos puntos veía al bebé flotando. Cuando llegó desde la cuarta dirección, levantó al cuerpo del agua, lo escondió bajo su túnica blanca llamada Máh-ih-jilthli-lakái, donde lo mantuvo oculto durante cuatro días.

Fue entonces al cuarto día del suceso, cuando un gran ruido comenzó a sonar desde los cuatro puntos cardinales. Y aunque Bégochiddy sabia lo que estaba ocurriendo envió un cuervo hacia el este para que le informara que pasaba; el cuervo regresó diciendo que una gran tormenta se avecinaba. Hacia el sur envió una urraca, que vio una gran tormenta azul que venía. Hacia el oeste, envió un colibrí que vio una tormenta amarilla; al norte envió una paloma que encontró una tormenta blanca. Entonces los seis dioses reunieron desde las cuatro direcciones las plantas, los animales y todo lo que se había creado hasta ese entonces. Todo fue colocado en el Lukatsó "el gran bambú".

Estsán-nahtáh ("Cabeza de mujer"), le dijo a Etsáy-hasleén, su yerno: "Conozco muchas oraciones y canciones que pueden protegernos", y agregó: "A partir de ahora, todas las personas que han sido buenas y amables suben al Cuarto Mundo, pero la gente mala pasará al Primer Mundo".

Mientras las grandes tormentas se acercaban desde los cuatro puntos cardinales, Bégochiddy le dijo a Estsán-nahtáh que cantara sus canciones para para proteger al pueblo. Éste es el origen de las tres primeras ceremonias: una es la historia de Ethkáy-nah-áshi, otra la oración y el canto, y la última solamente una canción. Ninguna otra ceremonia se llevó a cabo en los tiempos de la creación. Los cantos y oraciones utilizados en ese momento todavía se utilizan en las ceremonias. Si la gente se comportó mal y en la ceremonia pide perdón, no es necesario ir al mundo en llamas - el primer mundo -; si un hombre mata a otro y se arrepiente, no será necesario ir al mundo inferior, el nombre de la ceremonia es Chalth-yilth-nah-gíh-eh. Puede realizarse en casos de enfermedad, cuando esta fue provocada por un delito. El espíritu de Ethkáy-nah-áshi es el espíritu de la vida y también es el espíritu del "Vagabundo en la oscuridad".

Hubo dos espíritus que no fueron hasta el cuarto mundo: un macho y una hembra, ésta era Kíth-nah-ha-klíthy, espíritu del crepúsculo y compañera del espíritu masculino de las tinieblas Kíth-nah-klizhíni. Ella vivía en la Casa de Fuego Rojo (Konth-lachée), él en la Casa de la Oscuridad (Chalth-yilth-hogáhn), con una puerta llamada Nehochée-dothinlah.

Las aguas calientes, llamadas Toh-basdezkíh y Toh-basdeznáh, acechaban al Lukatsó (el bambú grande); todas las criaturas y plantas se apresuraron a entrar en él. El gran bambú no crecía, lo trasladaron a Tóhe-egléen - donde las aguas se encuentra -, tampoco allí creció; lo movieron a las arenas movedizas (Nah-hodoh-óthle) donde sí comenzó a crecer.

El grupo de los Pavos no pudo entrar, pero este se aferró por fuera, cuando el agua se levantó las plumas de la cola formaron la espuma blanca que aún hoy se observa en las aguas.

A medida que el agua subía, el Lukatsó lo hacía, pero llego un momento en que no podía subir más y todavía no era lo suficientemente alto como para llegar al cuarto mundo; entonces se decidió hacer una nube blanca sobre el gran bambú para que la gente se subiera a ella, mientras la Mujer Araña y el Hombre Araña tejían una red alrededor para evitar que alguien cayera de la nube.

Bégochiddy vio que los jefes y la gente estaban excitados; llamó entonces a un Consejo para ver lo que podrían sugerir acerca de como alcanzar el mundo superior. El Jefe Lobo, tenía un tallo de maíz blanco en la mano y estaba vestido con las plumas blancas de la cola del águila. El Jefe León tenía un maíz amarillo en la mano y estaba vestido con las plumas amarillas de la cola del águila. Ellos sabían que alguien había hecho mal para poner en tal situación a las aguas y pidieron al pueblo que dijeran en que pecado habían incurrido, el pueblo acusó a los jefes diciendo que ellos nada malo habían hecho. Bégochiddy decidió que los jefes Lobo y León, al no ser del agrado de su gente, no podían seguir siendo jefes. Así, los pájaros burlón y zumbador, jefes estos de las aves, fueron los únicos que quedaban para gobernar; ellos trataron de averiguar quien había hecho mal, pero no pudieron lograrlo. Bégochiddy sabía del pecador y conocía el pensamiento de la gente.

Entre los participantes del Consejo estaba el Jefe de las Langostas; llevaba una flecha en la frente, esta estaba hecha de una cola de águila, y ante la reflexión de Bégochiddy: "La gente tiene miedo de las aguas y no sabe cómo entrar en el mundo de arriba", la langosta dijo: "Yo se como llegar allí, llama a la Gente Hormiga que vive en Nohochee".

Se les pidió a la Gente Hormiga cavar un agujero hacia el mundo de arriba - "el Camino Negro" -, pero no tuvieron éxito. A continuación lo intentaron las hormigas amarillas, el "Camino Amarillo", que tampoco pudo realizarse. En tanto el pueblo de los Pavos continuaba haciendo ruidos con sus colas sumergidas en el el agua. Luego fue el tiempo de las pequeñas hormigas negras, que fracasaron en el intento de cavar hacia el mundo de arriba, "Camino espumoso". Entonces Bégochiddy le dijo al Jefe de las Langostas: "Sechai (abuelo), por favor nos muestra cómo llegar al otro mundo". La Langosta puso su flecha en la frente y se disparó hacia el otro mundo. Él tenía grande poderes.

El Cuarto Mundo. Hahjeénah

La Langosta llegó atravesando la corteza, el barro y el agua. El agua cubría completamente el Cuarto Mundo y sobre ella volaba un gran pájaro blanco: Chees-téhi-lakái portando flechas, quien cuando la divisó, se abalanzó para matarla. La Langosta salpicó el agua y el pájaro al no poder encontrarla preguntó: "¿De dónde vienes y quién eres?", y para mostrarle su poder tomó una de sus flechas, se la tragó y la sacó nuevamente, diciéndole si podía hacer algo semejante; esto para demostrarle que era lo suficientemente grande y poderoso como para poder vivir en el Cuarto Mundo. La Langosta que flotaba sobre el agua, descansaba con las piernas cruzadas, le respondió: "Sí, yo puedo hacer eso, mira!", y atravesó su corazón con una flecha, y al sacarla nuevamente le dijo: "¿Puedes hacerlo?, Tengo más poder que tú". Chees-téhi-lakái asustado, salió volando hacia el este y nunca más fue visto.

Desde el sur llegó un gran pájaro azul, y para probar el poder de la Langosta, empujó dos veces una flecha en su garganta; esta le respondió atravesando con una flecha dos veces su corazón, el pájaro azul voló de regreso hacia el sur.

Luego vendrían un pájaro amarillo desde el oeste y luego uno blanco del norte, quienes se atravesaron la garganta tres y cuatro veces respectivamente; en ambos casos la Langosta los venció, atravesando su corazón la misma cantidad de veces que los pájaros desafiantes, quienes regresaron a sus lugares de origen. La Langosta ganó el concurso del poder con los grandes pájaros en este cuarto mundo.

Mientras tanto, la gente - todavía en el gran bambú - estaba muy nerviosa, se agitaban en el aire y no sabían lo que estaba sucediendo con la Langosta. Ésta regresó por el agujero al mundo inferior y comenzó a hablarles, les contó que había tenido dificultades para levantarse en el mundo superior y la prueba de fuerza que tuviera con los grandes pájaros. Llamó a la gente del Lukatsó como a sus nietos.

Bégochiddy pidió a todos los jefes y capitanes: "¿Quién subirá al Cuarto Mundo?". Nadie iría, por lo que decidió ir el mismo, surgió sobre un montón de barro en el medio del agua.

Al este vio una gran nube blanca, creó entonces un rayo de arco iris para alcanzarla. Cuando llegó encontró a Háshje-áltye: el gran dios de Yeh-bechái, quien se alegró al verlo y le dijo: "¿Como está mi nieto?. Tengo este mundo y grandes poderes. Las grandes aves trataron de reclamar este mundo, pero yo los he vencido y ahora son mis siervos". Estuvieron muy felices juntos; luego Bégochiddy regreso al montón de barro en el centro del mundo.

Hacia el sur vio una nube azul que llevaba lluvias, fue allí en el rayo de arco iris y se encontró con Begánaskiddy (Ganaskidi), portadora de las semillas quien le dio la bienvenida; estuvieron un tiempo felices juntos, luego del cual Bégochiddy regresó a su montón de barro.

Luego, utilizando el rayo de arco iris llegó a la nube amarilla del oeste; allí se encontró con Háshje-hogáhn, con quien mantuvo relaciones sexuales - también las había tenido con los dos dioses anteriores -, regresó luego al centro de la tierra corriendo sobre el agua.

Hacia el norte había una nube blanca que llevaba lluvias, Bégochiddy llegó allí en el arco iris y se encontró con otra Begánaskiddy, con ella llevó a cabo la misma rutina.

Mientras tanto en Lukatsó (el gran bambú), la gente aún se mecía muy preocupada.

Bégochiddy estaba sobre el montón de barro en el centro del mundo y vió a Háshje-áltye, las dos Begánaskiddy y a Háshje-hogáhn, de pie con el agua hasta el pecho, en el este, sur, oeste y norte del mundo. Los saludó agitando su mano a cada dios a su turno, ellos se levantaron dándole la bienvenida a la superficie del agua. Entonces Háshje-áltye tomó su bastón y empujó el agua lentamente hacia el este, Begánaskiddy la presionó hacia el sur, Háshje-hogáhn empujó con mas fuerza hacia el oeste, y hacia el norte la otra Begánaskiddy presionó duramente. La tierra se estremeció, el agua corría en todas direcciones formando ríos. No había nada sobre la superficie que había cubierto el agua, sólo maderas petrificadas y barriales, el agua ahora rodeaba la tierra formando un océano. Donde el agua había yacido había bestias que habían vivido bajo su superficie, cuando Bégochiddy sopló sobre ellos se convirtieron en roca.

Mientras soplaba el barro para formar una corteza, Bégochiddy miró hacia el este y vio a lo lejos unas figuras, se acercó y se encontró con los dioses: Yeh, con la cara azul; Háshje-baka, hombres, y Háshje-ba-áhd, mujeres; seis machos y seis hembras. En el sur, oeste y norte estaban los mismos dioses, todos eran hermosos.

Bégochiddy volvió al Lukatsó, la gente - muy excitada - se puso muy contenta, ahora le llamaban Sechai (abuelo). Les contó que había mucha gente arriba y que el mundo era bueno. Envió al Tejón para ver el mundo; cuando éste llegó al hoyo, no trató de saltar la corteza, la atravesó y esta es la razón por la que su patas son de color negro.

Bégochiddy preguntó cómo secar la tierra húmeda y le enviaron al Cuarto Mundo a Iknee-lakái (Trueno Blanco) desde la Montaña Blanca, también a Niholtso-lakái (Ciclón Blanco) y a N’dlohe-lakai (Granizo Blanco), asi como ciclones negro, azul y amarillo.

Cuando el granizo, los truenos y los ciclones golpearon la madera petrificada y las columnas que sobresalían del barro, todo se rompió en pedazos. A continuación los ciclones soplaron hasta secar el barro. También enviaron Nastol-dísse (remolinos de viento) para recortar las rocas y hacer agujeros en ellos, y cinco pequeños torbellinos para suavizar las piedras pequeñas.

Luego de las tormentas todo fue al Tercer Mundo de donde provenían, el Lukatsó retomó su crecimiento. La gente se acercó al nuevo mundo dirigidos por las hormigas, la gente de los Pavos fueron los últimos en salir.

Bégochiddy sacó el Lukatsó por la espiga en la parte superior, arrojándola por el agujero y este es el motivo por el cual el bambú ahora no tiene espiga. El cuarto mundo se llama Hahjeénah.

El agua desde el Tercer Mundo comenzó a subir por el agujero después de la gente. Bégochiddy lo vio y preguntó: "¿Cuál es la razón por la que el agua sigue subiendo?", sopló y sopló en el agujero pero no podía detenerlo temiendo así que inundara el nuevo mundo.

En el Consejo de los jefes, todos estaban preocupados y asustados, cada uno preguntaba al otro: "¿Quién ha hecho mal y ha causado todo este problema?". Bégochiddy dijo: "Si ninguno de ustedes sabe que ha hecho mal, creo que Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote), puede ser la causa de ello". Se acercó al Hombre Coyote, abrió su túnica blanca y mostró el bebé que había robado. Tenía un aspecto extraño, sus manos eran amarillas. Bégochiddy se apoderó del bebé; Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote) no quería dejarlo ir, entonces cuándo aquel lo dejara caer lo tiró para el mundo inferior diciendo: "Esto es lo que ha sido la causa del problema". El bebé cayo en la frente de un monstruo de agua que estaba en el fondo del agujero, lo tomó y se sumergió con él; el agua dejó de subir hacia el Cuarto Mundo y siempre ha mantenido este nivel.

No había fuego en este nuevo mundo, pero la gente lo necesitaba, mas no sabían como conseguirlo. La única persona que lo tenía era Háshjéshjin, pero se mantenía alejado de resto de la gente. Se vio humo en el horizonte lejano, Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote) se acercó para ver que lo producía, encontró a Háshjéshjin y a Dóntso ("Mosca Cabeza Blanca") durmiendo, alrededor de ellos en las cuatro direcciones había rocas del río ardiendo como la madera, tomó algunas y corrió al pueblo a repartirlas.

La primera muerte y los primeros movimientos de la creación

Todo estaba en su lugar, pero la Tierra, el Cielo, el Sol y a Luna no se movían. Etsáy-hashkéh (el Hombre Coyote) - repitiendo lo que Bégochiddy le había dicho - dijo que la razón era que una persona iba a morir. Enseguida murió una persona - Etsáy-dassalíni -, y al mismo tiempo la Tierra, el Sol y la Luna reiniciaron su movimiento. El Sol dijo: "Me alegro cuando una persona muere, ya que es lo que  me mantiene en movimiento y gozo de seguir adelante".

Bégochiddy plantó todo lo que creció e hizo todo lo que respira, llevó a Ethkáy-nah-áshi y a su indicación, todas las criaturas y plantas volvieron a la vida. Nombró las estaciones y dijo "Haremos todo los que nos dice". Toda la creación arrancó, las hormigas comenzaron a construir viviendas. La primera vez que el Sol cruzaba el cielo estaba muy cerca de la Tierra y hacía demasiado calor. La segunda vez estaba más caliente. La tercera vez era aún peor, pero a la cuarta se colocó en el lugar correcto y allí se ha mantenido desde entonces.

Etsáy-hasteén preguntó: "¿Dónde ha ido la vida del hombre que murió?", nadie lo sabía, por lo que siguió preguntando hasta que Bégochiddy le respondió: "Voy a buscarlo". Lo hizo durante mucho tiempo, recién lo encontró cuando miró hacia el Tercer Mundo, allí vio al hombre que había muerto, con el pelo cepillado y la cara teñida de rojo. Entonces dijo a la gente "He visto al hombre que murió allí abajo, en el Tercer Mundo; lo vi con la sombra de Ethkáy-nah-áshi. Deben vivir en forma sagrada, las personas que hacen el mal irán al Lugar de Fuego, donde hay un enorme monstruo que devora a la gente". La gente que va allí se llama Chíndi (demonio).

Bégochiddy dijo a su pueblo: "Voy al cielo ahora, volveré en dos días. Observen como subo". Todos miraron como fue hacia arriba a través del aire.

En ese tiempo Has-estrágeh-hasléen murió, siendo el segundo hombre en morir. Cuando Bégochiddy regresó dijo que era un lugar muy bonito allá en el cielo y que había visto a Has-estrágeh-hasléen en un lugar muy hermoso rodeado de flores y del olor que de ellas emanaba; les dijo: "Todos los que creen en mi palabra van a subir al cielo, los que hacen o piensan el mal, irán abajo donde el campo se esta quemando".

Mientras estuvo en el cielo había creado a un hombre, Bégothkái, a quien llamo su hijo y trajo a la tierra. Era un hombre de baja estatura, blanco en la tez y piel, con ojos y pelo negro.

Bégothkái habló con la gente y les dijo que se movieran a Náh-tee-tséel (al norte de Durango, Colorado), un lugar donde hay cuatro montañas alineadas, despues de hacerlo podían vivir donde quisieran. Bégochiddy volvió al cielo junto a su hijo; el día y la noche llegaron a la Tierra. Bégothkái nunca volvió a bajar.

Extracto del libro "Mitos de la creación Navajo"
Narrado por Hasteen Klah. Recopilado por Mary Wheelwright Cabot. 1942

8 septembre 2013

La Creación según los griegos

Deucalion y Pirra. Giovanni Maria Bottala. 1613-1644

<<...>> Antes que todas las cosas, en un comienzo, fue el infinito Caos. Después Gea (La Tierra) la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de Gea de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro (es tanto una deidad como un lugar del Inframundo). Por último, Eros (dios de la fertilidad, la atracción sexual, el amor, el sexo), el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Érebo (La Noche) y la negra Nix (La Luna). De Nix a su vez nacieron el Éter (La Luz) y Hemera (El Día), a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano (El Cielo) con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a los grandes Ourea (Las Montañas), deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto (El Mar), sin mediar el grato comercio.

Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes (enorme río que circundaba el mundo, representa a todos los cuerpos de agua salada), a Ceo (La Inteligencia), a Crío, a Hiperión (La observación), a Jápeto, a Tea (El Brillo, El Resplandor), a Rea (La Naturaleza), a Temis (La Justicia), a Mnemósine (La Memoria), a Febe de áurea corona (El Intelecto) y a la amable Tetis (diosa del mar, La Tutela). Después de ellos nació el más joven, Cronos (El Tiempo), de mente retorcida, el más terrible de los hijos y que se llenó de un intenso odio hacia su padre. Dió a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu, a Brontes (El Trueno), a Estéropes (El Relámpago) y al violento Arges (El Rayo), que regalaron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Éstos en lo demás eran semejantes a los dioses, pero en medio de su frente había un solo ojo. Cíclopes era su nombre por eponimia, ya que efectívamente, un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos. También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciarse: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros, gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas <<...>>

Pues bien, cuantos nacieron de Gea y Urano, los hijos más terribles, estaban irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su malvada acción. La monstruosa Gea, a punto de reventar, se quejaba en su interior y urdió una cruel artimaña. Produciendo al punto un tipo de brillante acero, forjó una enorme hoz y luego explicó el plan a sus hijos. Armada de valor dijo afligida en su corazón: “¡Hijos míos y de soberbio padre! Si queréis seguir mis instrucciones, podremos vengar el cruel ultraje de vuestro padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló y lógicamente un temor los dominó a todos y ninguno de ellos se atrevió a hablar. Mas el poderoso Cronos, de mente retorcida, armado de valor, al punto respondió con estas palabras a su prudente madre: “Madre, yo podría, lo prometo, realizar dicha empresa, ya que no siento piedad por nuestro abominable padre; pues él fue el primero en maquinar odiosas acciones.” Así habló. La monstruosa Gea se alegró mucho en su corazón y le apostó secretamente en emboscada. Puso en sus manos la hoz de agudos dientes y disimuló perfectamente la trampa. Vino el poderoso Urano conduciendo la noche, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se extendió por todas partes. El hijo, saliendo de su escondite, logró alcanzarle con la mano izquierda, empuñó con la derecha la prodigiosa hoz, de enormes y de afilados dientes, y apresuradamente segó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás. No en vano escaparon aquéllos de su mano. Pues cuantas gotas de sangre salpicaron, todas las recogió Gea. Y al completarse un año, dió a luz a las poderosas Erinias (La Venganza), a los altos Gigantes de resplandecientes armas, que sostienen en su mano largas lanzas, y a las Ninfas que llaman Melias (La Sanacion) sobre la tierra ilimitada. En cuanto a los genitales, desde el mismo instante en que los cercenó con el acero y los arrojó lejos del continente en el tempestuoso ponto, fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella. Primero navegó hacia la divina Citera y desde allí se dirigió después a Chipre rodeada de corrientes. Salió del mar la augusta y bella diosa, y bajo sus delicados pies crecía la hierba en torno. Afrodita (la atraccion fisica, sexual) la llaman los dioses y hombres, porque nació en medio de la espuma, y también Citerea, porque se dirigió a Citera. Ciprogénea, porque nació en Chipre de muchas olas, y Filomedea, porque surgió de los genitales. La acompañó Eros y la siguió el bello Hímero (El Deseo) al principio cuando nació, y luego en su marcha hacia la tribu de los dioses. Y estas atribuciones posee desde el principio y ha recibido como lote entre los hombres y dioses inmortales: las intimidades con doncellas, las sonrisas, los engaños, el dulce placer, el amor y la dulzura. A estos dioses su padre, el poderoso Urano, les dió el nombre de Titanes (los que abusan) aplicando tal insulto a los hijos que él mismo engendró. Decía que en su intento, con temeraria sensatez habían cometido un acto terrible por el que luego tendrían justo castigo.

Parió Nix al maldito Moros (El Destino, La Condenación), a la negra Ker (La Muerte) y a Thánatos (El Sueño Profundo); parió también a Hipnos (El Dador de Sueño) y engendró la tribu de los Oniros (Los Sueños). Luego la oscura Nix, dió a luz sin acostarse con nadie a Momo (La Ironía), a la dolorosa Oizís (La Angustia) y a las Hespérides (Las ninfas del atardecer) que, al otro lado del ilustre Océano, cuidan las bellas manzanas de oro y los árboles que producen el fruto. Parió igualmente a las Moiras (femenino, plural de Moros) y las Keres (femenino, plural de Ker), vengadoras implacables: a Cloto, a Láquesis y a Átropo que conceden a los mortales, cuando nacen, la posesión del bien y del mal y persiguen los delitos de hombres y dioses. Nunca cejan las diosas en su terrible cólera antes de aplicar un amargo castigo a quien comete delitos. También alumbró a Némesis (La Venganza), azote para los hombres mortales, la funesta Nix. Después de ella tuvo a Apate (El Engaño), a Filotes (La Amistad) y la funesta Geras (La Vejez), y engendró a la astuta Eris (La Discordia). Por su parte la maldita Eris parió al doloroso Ponos (La Fatiga), a Lete (El Olvido), a Limos (El Hambre) y Algea (La Pena y Dolor), a las Hisminas (Las Disputas), las Macas (Los Combates), los Fonos (Los Asesinatos), las Androctasias (Las Matanzas), los Neikea (Los Agravios), los Pseudologos (Las Mentiras), las Anfilogías (Las Contiendas), a Disnomía (La Ilegalidad) y a Ate (La Ruina), todos ellos compañeros inseparables, y a Horcos (EL Juramento), el que más dolores propicia a los hombres de la tierra siempre que alguno perjura voluntariamente.

El Ponto engendró al sincero y veraz Nereo (dios de la olas), el mayor de sus hijos. Además, le llaman Viejo, porque, infalible y benévolo, no se le ocultan las leyes divinas, sino que conoce justos y sabios designios. Luego engendró, amancebado con Gea, al enorme Taumante (las maravillas del mar), al arrogante Forcis (dios del peligro de las profundidades), y a Ceto (diosa de las criaturas extrañas marinas) de hermosas mejillas , Euribia (la vasta violencia) que alberga en su pecho corazón de acero y a Máximo uno de los mejores luchadores del Olimpo, salvo a la tierra y al Olimpo innumerables veces.

Adorables y divinas hijas nacieron en el ponto estéril de Nereo y Doris de hermosos cabellos hija del Océano río perfecto (Las Nereidas simbolizan todo aquello que hay de hermoso y amable en el mar): Ploto, Eucranta, Sao, Anfítrite, Eudora, Tetis, Galena, Glauca, Cimótoa, Espeo, Toa, la amable Halía, Pasítea, Érato, Eunice de rosados brazos, la graciosa Mélite, Eulímene, Ágave, Doto, Proto, Ferusa, Dinámene, Nesea, Actea, Protomedea, Doris, Pánope, la hermosa Galatea, la encantadora Hipótoa, Hipónoe de rosados brazos, Cimódoca que calma sin esfuerzo el oleaje en el sombrío ponto y las ráfagas de los vientos huracanados junto con Cimatolega y Anfítitre de bellos tobillos, Cimo, Égone, Halimeda de bella corona, la risueña Glaucónoma, Pontoporea, Leágora, Evágora, Laomedea, Polínoe, Autónoe, Lisiánasa, Evarna de encantadora figura y belleza sin tacha, Psámata de gracioso porte, la divina Menipa, Neso, Eupompa, Temisto, Prónoe y Nemertes que tiene la inteligencia de su inmortal padre. Estas cincuenta hijas nacieron del intachable Nereo, expertas en obras intachables.
Taumante se llevó a Electra, hija del Océano de profundas corrientes. Ésta parió a la veloz Iris (El Arco Iris) y a las Harpías de hermosos cabellos, Aelo (La Tormenta, el viento tempestuoso) y Ocípeta (el viento de vuelo rápido), que con sus rápidas alas compiten con las ráfagas de los vientos y con las aves; pues ya se lanzaban por los aires <<...>>

Extracto de "La Theogonía". Obra poética escrita por Hesíodo

5 septembre 2013

Cosmogonía segun el pueblo Japones



Kobayashi Eitaku, Izanaji e Izanami, 1885

El Cielo y la Tierra eran uno. Una masa informe que no albergaba vida alguna y que flotaba en el espacio como lo haría una medusa en el océano. Con el tiempo, la parte considerada pura se disocio de dicha unidad y vino a formar lo que es el Cielo; el resto, aglutinado mas abajo como masa viscosa, formo la Tierra.

Esta ultima todavía era informe y se desplazaba dulcemente por el Eter. Ningún astro iluminaba aun el cielo que permanecía vacío, a excepción de las miríadas de estrellas que titilaban. Los primeros dioses (Kamis) hicieron su aparición en el cielo repentinamente: nadie sabe de donde vinieron, solo que aparecieron espontáneamente.

En dicho instante fueron tres: Amano Minakanushi no Mikoto (Augusto Dios del Centro del Universo: creador de la estrella del norte), Takami Musubi no Mikoto (Augusto Dios Creador de Maravillas) y Kami Musubi no Mikoto (Dios Creador de Tesoros).

Mas sus existencias fueron breves y desaparecieron sin dejar trazo alguno.

Luego, de una rama de bambú nacieron dos nuevos dioses que conocerían una suerte parecida a la de los tres primeros.

Después de estos dos dioses aparecerían otros. Siete parejas de dioses para ser mas exactos. Pero pronto llegaron a ser solo seis las parejas de dioses, los dos primeros -la primera pareja de dioses- desaparecieron de igual forma sin dejar rastro. Las parejas restantes decidieron alojarse en la Vía Láctea. Inmediatamente se pusieron a trabajar con el fin de construir su nuevo reino.

En común acuerdo entre ellos, la ultima de las parejas fue encargada de la tarea mas compleja: construir y dar forma a aquella masa viscosa que había sido llamada Tierra. Así, Izanaji (el hombre que invita, El Primer Hombre) e Izanami (la mujer que invita, La Primera Mujer) se dirigieron a la Tierra equipados con una lanza de oro (Ameno Nuboko), que estaba cubierta con piedras preciosas.

Estos dos dioses encarnaban la perfección física: Izanaji el barbudo de largos cabellos, grande y dotado de una gran fuerza. Izamani, la mujer mas bella que alguien pudiera ver, de rasgos extremadamente finos, de rostro blanco y de silueta que no podría ser mas graciosa.

Izanaji sumergió su lanza dentro de la tierra y comienza a mezclarla con fuerza. Pero al retirar la lanza una gruesa gota cayó en la superficie del agua formando un islote. Se dice que esta es la isla de Onogoro.

Ambos dioses miraron largamente observando su creación: de inmediato los seres comenzaron a poblar el islote y los dos dioses contemplaban como se reproducían. De hecho, hasta ese entonces ellos eran ignorantes de las cosas del amor. Decidieron por tanto presentarse en el islote.

Izanami estaba muy feliz: la creación era magnifica y por ello se puso a reír. Izanaji también reía. Aquello no dejo de llamar la atención al resto de los dioses que se hallaban en la Vía Láctea.

Vinieron pues a ver que pasaba y encontraron a Izanaji e Izanami sentados sobre esa roca, el islote recién creado. Ellos se preguntaron como podía una simple roca provocar tal alegría. Los dioses decepcionados regresaron a sus quehaceres en su reino de la Vía Láctea.

Izanami ya no vería de la misma manera a Izanaji: estaba perturbada por su belleza, su presencia y su fuerza. Ella le preguntó si el querría desposarla. Este sin dudar aceptó casarse.

Todo pudo haber sido para mejor pero su primer hijo fue una especie de gusano horrible. Se desembarazaron de dicha abominación metiendo esta en una embarcación  hecha de juncos. El segundo hijo fue igual de monstruoso.

Ante el fracaso decidieron ir donde los otros dioses. Para ello debieron regresar al reino que había sido construido en la Vía Láctea y llamado Takamanohara.

La pareja mas anciana les explicaron que su matrimonio era la fuente de todas sus desdichas: de hecho, solo Izanaji (el varón) podía pedirle a la diosa matrimonio. Ellos decidieron por tanto permanecer en la residencia de los dioses.

Ellos se encontraban muy malhumorados y no se hablaban. El tiempo paso e Izanami se recordó de la maravillosa época cuando iniciaron sus primeras travesuras.

Ella comenzó a correr y para descendió hasta llegar a su islote. Izanaji la vio y la encontró tan bella y radiante que la siguió.

El pequeño pedazo de tierra se encontraba para ese momento, vestido de un lujoso manto de verdor. Izanaji estaba alterado y concentrado en este jubilo que había hallado, y le preguntó a Izanami si querría desposarse. Ella le respondió con una gran sonrisa y volvieron a unirse.

La maldición había sido rota. Sus nuevos hijos fueron en principio: la primera Awaji, después Shikoku, siguió en ese orden Oki, Kyushu, Iki, Tsushima, Sado y Honshu. Luego de ellas nacieron seis nuevas islas seguidas despues por mas de 3000 pequeñas islas.

Así nació Japón también llamado Wakoku.

Pero los jóvenes esposos no quedaron solo en esto. De ellos nacieron todos los dioses que pueden encontrarse sobre la Tierra: los dioses de los arboles, de las montañas, de las rocas, de las plantas y de las flores, de los mares, de los lagos y los ríos.

El primero de esos vástagos fue Owatatsumi el señor de los océanos. Después Izanami trajo al mundo a Kamihaya Akitsu Hiko quien controla las tierras y Haya Akitsu Hime quien controla la superficie del mar. Luego aparecieron una gran multitud de dioses.

Despues, Izanami trajo al mundo al dios del fuego Kagutsushi no kami. Mas el parto fue terrible e Izamani muere brutalmente quemada por su progenie.

Justo antes de entregar su alma, de su boca salieron Kanayama biko y Kanayama hime (dios y diosa del metal) así como Haniyasu biko y Haniyasu hime (dios y diosa de la tierra).

El Reino de la Sombra estableció así su nuevo hogar. A causa de ello, le muerte y sus consecuencias (la descomposición y el duelo) hicieron su aparición.

Su esposo,loco de furia y rabia, decapita con su espada Totsuka no Tsurugi a Kagutusuhi el dios del fuego: la sangre que brota de la herida abierta da nacimiento a tantos nuevos dioses por cada gota que cayó al suelo.

Extracto del Kojiki.  Japón 712 AD

2 septembre 2013

La Creación según la Biblia


1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

3 Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz. 4 Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. 5 Llamó a la luz «día», y a las tinieblas llamó «noche». Y fue la tarde y la mañana del primer día.

6 Luego dijo Dios: «Haya un firmamento en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas.» 7 E hizo Dios un firmamento que separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así. 8 Al firmamento llamó Dios «cielos». Y fue la tarde y la mañana del segundo día.

9 Dijo también Dios: «Reúnanse las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar, para que se descubra lo seco.» Y fue así. 10 A la parte seca llamó Dios «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «mares». Y vio Dios que era bueno.

11 Después dijo Dios: «Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra.» Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana del tercer día.

14 Dijo luego Dios: «Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche, que sirvan de señales para las estaciones, los días y los años, 15 y sean por lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señoreara en el día, y la lumbrera menor para que señoreara en la noche; e hizo también las estrellas. 17 Las puso Dios en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18 señorear en el día y en la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana del cuarto día.

20 Dijo Dios: «Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en el firmamento de los cielos.» 21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22 Y los bendijo Dios, diciendo: «Fructificad y multiplicaos, llenad las aguas en los mares y multiplíquense las aves en la tierra.» 23 Y fue la tarde y la mañana del quinto día.

24 Luego dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según su especie: bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie.»

Y fue así. 25 E hizo Dios los animales de la tierra según su especie, ganado según su especie y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

26 Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.»

27  Y creó Dios al hombre a su imagen,
      a imagen de Dios lo creó;
      varón y hembra los creó.

28 Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra.»

29 Después dijo Dios: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer.

30 »Pero a toda bestia de la tierra, a todas las aves de los cielos y a todo lo que tiene vida y se arrastra sobre la tierra, les doy toda planta verde para comer.»

Y fue así. 31 Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día.

La Biblia
Génesis. Capítulo 1. Versículos 1 al 31
Casiodoro de Reina - Cipriano de Valera
Biblia Reina-Valera Revisada 1995